El éxito de la OPA BBVA-Sabadell depende del apoyo que haya recibido por parte de los fondos ya que la mayoría de los minoritarios, al menos los que tienen sus acciones en el Sabadell -el 80% de ellos, poseedores del 30,8% del capital del banco- han rechazado el canje. Según informó este martes el Sabadell, sólo aceptaron en canje el 2,8% de ese 30%, esto es, el 1,1% del capital total de la entidad.
En otras palabras, el éxito de la OPA depende de lo que hayan hecho los fondos que no se juegan su dinero, sino el de terceros que lo más probable es que incluso desconozcan la existencia del BBVA y el Sabadell. Los minoritarios, sin embargo, sí se están jugando su patrimonio, lo que merecería una reflexión sobre el peso de sus decisiones frente al de los fondos.
Sea como fuere, el consenso apunta a que la OPA superará el 30% de aceptación, pero se quedará lejos del umbral mínimo del 50%. Al margen de la segunda OPA, las opciones de Carlos Torres se reducen a dos si no quiere entrar en la confrontación directa con el Consejo del Sabadell: declarar fallida la operación o seguir adelante ascendiendo a Josep Oliu y cesando a César González-Bueno.
Efectivamente, colocando al presidente del Sabadell como vicepresidente primero del BBVA, controlaría el Consejo, neutralizaría a la oposición e, incluso, suavizaría la postura contraria del Gobierno.
Lo cierto es que esta opción es muy similar al intento de pacto amistoso avalado por el Gobierno, como adelantó Hispanidad. Es similar, pero no igual, porque aquello suponía la fusión amistosa de ambas entidades mientras que ahora hablamos de movimientos pre-fusión, tras una OPA hostil por debajo del 50% de aceptación.
El gran sacrificado sería González-Bueno, CEO del Sabadell y el que más ha defendido la independencia del banco. No en vano, ha sido el gran artífice del crecimiento del Sabadell durante estos años. El banco vallesano que conocemos hoy es gracias a él.
Lo más importante: ascendiendo a Oliu y cesando a González-Bueno, Carlos Torres se aseguraría continuar como presidente del BBVA a pesar de los errores cometidos con la OPA.












