El caso Villarejo no está perjudicando al BBVA, según Onur Genç, que este martes presentó las cuentas de la entidad hasta septiembre. Por cierto, unas cuentas en las que destacan las comisiones -muy elevadas para la etapa presente de tipos de interés altos- y los gastos que crecen de manera sorprendente.

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Genç, que cinco años después de ser nombrado consejero delegado -enero 2019- sigue necesitando traductor para responder a las preguntas, celebró que la instrucción del caso no se vaya a prorrogar nuevamente -el cierre de la instrucción es inminente, como adelantó Hispanidad- y afirmó que Cenyt “no está impactando en la reputación del banco”. Entonces, si eso es así, señor Genç, no le importará que la entidad pase a juicio oral como imputada o que usted mismo sea llamado a declarar, ¿verdad que no?

Sea como fuere, llama la atención que siendo así -que no ha tenido impacto alguno- el BBVA acusara recientemente al juez de “coacción difícilmente admisible” por recriminarle a la entidad su poca colaboración durante la instrucción. ¡Toma ya!

Más allá de si tiene impacto o no, lo cierto es que el juez Manuel García-Castellón no está por la labor de mantener imputado al banco y mucho menos imputar al presidente, Carlos Torres.

Asunto de rabiosa actualidad: la participación del 4,8% del BBVA en Telefónica, empresa en la que la SEPI está estudiando entrar, como admitió este martes en un comunicado remitido a la CNMV. En palabras de Genç, la participación es únicamente financiera y no tienen, en ningún caso, intención de ampliarla. Llamó la atención, sin embargo, que el CEO hiciese hincapié en que, al ser financiera, está categorizada como “disponible para la venta”.

No es que BBVA la vaya a vender ni esté pensando venderla, es sencillamente la categorización que reciben todas las participaciones financieras. Ahora bien, estarán conmigo en que actualmente, con la que está cayendo sobre la teleco desde la entrada de Bin Salman, resaltar ese “disponible para la venta” no era lo más adecuado.

Sobre el impuesto a la banca, Genç insistió en que, en el largo plazo, provocará que las entidades concedan menos crédito a empresas y hogares. De momento no está teniendo impacto -como Villarejo-, pero lo tendrá si se prorroga o se convierte en permanente.