Carlos Torres ya puede respirar tranquilo después de varias semanas de máxima tensión ante la posibilidad de ser llamado a declarar como testigo, en el caso Villarejo. Al final, el presidente del BBVA no solo no estará imputado, sino que ni siquiera tendrá pena de telediario.

El no tener que ir a declarar, ni siquiera como testigo, le ha aliviado frente a las presiones que sufre por parte del consejero delegado, el turco Onur Grenç, y el consejero Jaime Caruana, aspirante ‘pasivo’ a sucederle en la Presidencia. Lo cierto es que la actitud del juez, cabreado con Torres desde prácticamente el comienzo de la instrucción porque no le envió toda la documentación, ha cambiado en los últimos días y es más risueña una vez que el presidente atendió las demandas del juez y le entregó el Forensic, contraviniendo el criterio de los Garrigues y compañía.

La actitud de juez es más risueña una vez que Torres mandó a paseo a los Garrigues y entregó el Forensic

Quien sí tendrá que acudir a declarar, como testigo, es José Ignacio Goirigolzarri, número dos del banco entre diciembre de 2001 y octubre de 2009, cuando FG decidió echarlo. Tranquilos: han pasado tantos años desde entonces que los presuntos delitos han prescrito, de tal manera que la declaración de Goiri podrá ser útil para la instrucción, pero no para encausarle a él.

En cualquier caso, recuerden que el banco, como entidad jurídica, sigue imputado.