Carlos Torres coloca a Luisa Gómez Bravo como posible relevo del CEO, Onur Genç
Hecho relevante del BBVA en víspera de ofrecer al mercado sus resultados correspondientes al primer semestre del año: Luisa Gómez Bravo se convierte en la directora financiera de BBVA, probablemente el cargo más neurálgico de un entramado bancario y se sitúa en posición de posible relevo natural del CEO, el turco Onur Genç que lleva meses enfrentado al presidente, Carlos Torres. Ya sabes, si quieres echar a alguien primero debes contar con un sustituto indiscutible. Esa es doña Luisa.
Al tiempo, Torres ha colocado su amigo Javier Rodríguez Soler, como sustituto de Gómez Bravo en banca corporativa, nueva competencia a la que añade la que ya llevaba, sostenibilidad... que yo no sé lo que es pero el presidente del BBVA lo considera la tarea bancaria mas relevante de todas: salvar al planeta.
Luisa Gómez Bravo es un personaje singular. Lo digo porque rara vez encuentras en un gran banco alguien que le caiga bien a todo el mundo y al que todo el mundo considere buena persona y gran profesional. O tiene una gran capacidad para embaucar a todos todo el tiempo o -¡qué extraño!- resulta que realmente doña Luisa es buena persona y buen profesional. No sabía que existieran este tipo de ejemplares en las cumbres empresariales. Tendré que revisar mi base de datos, pero... sólo hay un alguien a quien no le gustaba doña Luisa. ¿No lo adivinan? Ese alguien era don Francisco González, quien se le quitó de enmedio y la desterró a la filial Finanzia.
Quien la introdujo en el Banco de Bilbao fue Pedro Luis Uriarte, y esto es bello e instructivo, por cuanto el rumor en el norte es que Carlos Torres ha buscado el apoyo de Neguri, en concreto de Pedro Luis Uriarte que aunque no pertenece a los patricios de Neguri sí es miembro destacado de los plebeyos del PNV... que les administran las cuentas a los patricios. Como no hay clases se mezclan unos y todos en saludable promiscuidad.
El caso es que, con Luisa Gómez Bravo como director financiero (el número tres de la entidad), el turco Onur Genç sabe ya que tiene en la chepa un perfecto sustituto. Sólo por si fuera necesario.
Luisa Gómez Bravo es una ICADE madrileña que llegó al Banco de Bilbao de la mano de Pedro Luis Uriarte y trabajó con la mano derecha de este, el fallecido Julio López. Trabajó en Salomón y Lehman pero como estaba recién salida del horno jesuita se le puede perdonar: pecados de juventud. Ha estado en Inversores, en barca corporativa y en todas las divisiones relevantes del banco. Ha sobrevivido a FG y la llegada de Torres supuso para ella la vuelta a la central.
Ojo, si el presidente del BBVA se ha atrevido a situar como delfín a Gómez Bravo es porque ya no teme tanto por su puesto. Porque si Feijóo estuviera en La Moncloa, el primer empresario privado contra el que iría sería, precisamente, Carlos Torres.
No le hubiera sido fácil, ciertamente pero tenía a su favor que el fiscal, Alejandro Cabaleiro se ha empeñado en imputar a Torres que, si se viera metido hasta las cejas en el caso Villarejo, se vería forzado a dimitir por orden del Banco Central Europeo. Pues eso.