Santander y BBVA vuelven a ser, este miércoles, los bancos que más caen del Ibex. Para ser exactos, son los únicos en rojo, en una jornada en la que el índice perdió los 8.200 puntos.

Lo cierto es que no es la primera vez que las entidades más internacionales de nuestro país sufren más que el resto en bolsa y le dan la razón a los banqueros que aseguran que España es el mejor país del mundo para hacer banca doméstica. Sea como fuere, Caixabank ya ha adelantado a BBVA en capitalización bursátil: 27.800 millones frente a 27.650.

Conviene recordar que, mientras Caixabank ha renunciado a la expansión internacional más allá de Portugal, el BBVA ha apostado con fuerza por México y Turquía, y ha sido precisamente el desastre turco y la debilidad mexicana los que han hundido la cotización de la entidad.

En este contexto, el Santander podría ofrecer, según un informe de Credit Suisse encargado por el propio Santander, unos 6.800 millones por Banamex, esto es, el negocio que no le interesa al Citi y que a día de hoy es el cuarto banco mexicano. El nuevo consejero delegado del grupo, Héctor Grisi, ya tiene encima de la mesa la que puede ser su primera decisión de calado.

¿Merece la pena? No cabe duda de que el mercado mexicano sigue teniendo un enorme potencial de crecimiento para la banca -la filial del BBVA aporta al grupo más de la mitad del negocio-, pero cuidado, porque el país que dirige Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no atraviesa su mejor momento y la situación se podría prolongar en el tiempo.

De hecho, la OCDE, a principios de junio volvió a revisar a la baja las previsiones de crecimiento realizadas en febrero. México no crecerá un 2,3% en 2022, sino un 1,9%, y en 2023 solo un 2,1% frente al 2,6% anterior. La inflación cerrará en el 6,9% este año y no en el 5,4% estimado anteriormente. Es decir, México tardará más de lo previsto en recuperar el crecimiento anterior a la pandemia y eso no es una buena noticia para las entidades financieras del país.

A más a más, como dirían en Cataluña, no conviene menospreciar a los que anuncian una recesión de la economía mundial, que golpearía en mayor medida a los países con un crecimiento más débil.

El mexicano Grisi, que aún no ejerce como Ceo, pero lleva, precisamente, Santander en México, tiene ante sí una decisión complicada: comprometer 6.800 millones por un negocio ‘sobrante’ del Citi, en un mercado muy incierto actualmente y gobernado por un presidente que ha mostrado su rechazo a todo lo español, en más de una ocasión y de la forma más agria.

Está claro que Ana Botín se la juega en México.