El próximo 30 de septiembre, Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, cumplirá 73 años aunque él no se da por aludido. Todo lo que se contará a continuación procede de ese hecho, siempre conocido y no siempre recordado. Sí, Amancio Ortega tiene 87 años pero ya ha encauzado su sucesión con una exitosa separación entre propiedad y gestión.

Tras las muchas presiones de sus principales accionistas, sobre todo de BlackRock (más del 5%), de Norges Bank (casi el 4%) e incluso de QIA (Qatar Investment Authority), principal propietario de la primera eléctrica de España, con casi el 9% del capital, Galán se avino a nombrar un CEO pero de humedades hablaremos luego.

Pues bien, a Amancio Ortega le interesa Iberdrola y es lógico, dada su apabullante liquidez: ¡No se va a comprar todos los rascacielos del mundo, verdad! Pero, otro anticipo, Ignacio S. Galán ya ha advertido que no quiere a los representantes de Ortega en su Consejo de Administración.

Entendámonos, Inditex no quiere controlar la eléctrica sino hacerse, por ejemplo, con un 5% de una compañía con elevada rentabilidad por dividendo y fuerte revalorización. En Iberdrola le recuerdan el caso Unión Fenosa... aunque comprenden que Amancio no es Florentino Pérez. Ortega tiene un negocio llamado Zara, el resto es inversión financiera. Por contra, a Florentino sólo le gusta acudir allí donde puede mandar.

Mientras la cuenta de resultados de Iberdrola funcione todos callarán ante el autoritarismo de Galán pero lo cierto es que sus máximos accionistas no están conformes con el papel del presunto CEO, Armando Martínez

Sí, hubo un momento en que Amancio Ortega quiso comprarle Unión Fenosa al Santander y para mandar pero, al final, Emilio Botín, optó precisamente, por Florentino Pérez. El hombre de ACS, además, se enfrentó a Galán con Villarejo trabajando se supone que para ambos y el resto de la película ya la conocen: no resulto muy agradable.

En cualquier caso, el hombre clave en la inversiones de Ortega, José Arnau, ha puesto su mirada en el sector eléctrico en general y en Iberdrola en particular. Y cuando el hombre de la Fundación Amancio Ortega y de Pontegadea se fija en un sector nunca tiene prisa pero tampoco hace pausas.

Vamos con la otra trinchera: ¿puede negarse de continuo Galán a una inversión que beneficia al conjunto de los accionistas y a una empresa a la que no le vendría mal una revalorización bursátil para afrontar sus cuantiosos inversiones a menor coste? El sentido común dice que no.

Mientras la cuenta de resultados de Iberdrola funcione todos callan ante el autoritarismo de Galán, pero lo cierto es que sus principales accionistas no están conformes con el papel del presunto CEO, Armando Martínez, que, como el mismo Galán dijo, con su habitual desfachatez y falta de gratitud y de respeto hacia sus colaboradores, una vez nombrado CEO sigue cumpliendo las mismas funciones que antes del nombramiento.

Pepe Arnau gestiona la liquidez de Inditex, que ya no puede ceñirse a los inmuebles de lujo. En cualquier raso, su influencia ha crecido desde la salida de Pablo Isla y a pesar de la consagración de García Maceiras

En la última Junta de Accionistas de Iberdrola, Galán se comportó como una vedete y Martínez... sencillamente permaneció sentado y callado.

Ahora bien, en unas semanas, Galán cumplirá 73 años de edad y su empeño en no nominar sucesor, no vaya a hacerle sombra, no presagia nada bueno.

En Inditex y Pontegadea, Pepe Arnau gestiona la liquidez sobrante, que ya no puede ceñirse a los inmuebles de lujo: de hecho, ha entrado en naves logísticas. Además, su influencia ha crecido desde la salida de Pablo Isla y a pesar de la consagración de Óscar García Maceiras, que se ciñe a Inditex. Lo más importante: Arnau Sierra no tiene prisa. Si por él fuera y dado que la ley no puede impedírselo, ya habría empezado a comprar Iberdrola, por más que Galán insista en que Inditex debe conformarse con los acuerdos entre ambas firmas sobre renovables.

En resumen, a Amancio Ortega le interesa Iberdrola como inversión financiera pero Galán no le quiere en el Consejo ni allí desde donde puede dar el salto a la gestión... o a condicionar la jubilación del señor Galán.

Y sí, Amancio Ortega no es amigo de peleas pero tampoco es hombre que se someta a una baladronada... cuando la ley le permite comprar activos de Iberdrola hasta un 29,9% (ahora 10%) y él siempre ha creído en el sector energético.

Además, la dictadura Galán en Iberdrola aunque exitosa, no consigue que el presidente deje de cumplir años: el 30 de septiembre próximo, 73.