Alstom se hunde un 15% en bolsa este miércoles, tras anunciar varias medidas para reducir deuda neta, la cual ha cerrado su primer semestre fiscal (abril a septiembre) en 3.433 millones de euros, y está cada vez más cerca de su capitalización bursátil, la cual asciende a 4.617 millones. Entre las medidas: 1.500 despidos, lo que supondría un 1,875% de su plantilla (que en total asciende a más de 80.000 personas); venta de activos y la posibilidad de llevar a cabo una ampliación de capital.

Precisamente, esta última posible medida podría ser la que menos haya gustado a los inversores, porque obligará a los accionistas del fabricante ferroviario francés a comprar acciones si no quieren ver diluidas sus actuales participaciones. Mientras el ligero ajuste de plantilla pretende reducir costes, pues aún le cuesta digerir la fusión con Bombardier; y la venta de activos aspira a generar unos ingresos de entre 500 y 1.000 millones. Y es que el Consejo de Administración se ha comprometido a mantener una calificación de su deuda dentro del grado de inversión y a reducirla en 2.000 millones hasta marzo de 2025. 

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Henri Poupart-Lafarge, presidente y CEO de Alstom, debe afrontar algunos problemas con los que no contaba

 

Las medidas se han anunciado coincidiendo con los resultados de su primer semestre fiscal, en el que se ha confirmado lo previsto: un flujo libre de caja negativo de 1.119 millones de euros. Eso sí, Henri Poupart-Lafarge, presidente y CEO de Alstom lo ve como “una clara llamada al cambio” porque el desempeño comercial fue débil. Los ingresos sólo se han elevado un 4,9%, a 8.443 millones; al tiempo que ha crecido el beneficio operativo (ebit) ajustado un 10%, a 438 millones, y el margen operativo del 4,9% al 5,2%. Además, ha logrado un beneficio neto de 1 millón, dejando atrás las pérdidas de 21 millones de hace un año. Pero ojo, los pedidos bajan un 16%, a 8.446 millones.

Claro que la “clara llamada al cambio” que refería Henri Poupart-Lafarge también le afectará: en la Junta de Accionistas que se celebrará en julio de 2024 se propondrá a Philippe Petitcolin, exCEO de Safran, como nuevo consejero y posteriormente nuevo presidente, por lo que el primero dejará dicho cargo, aunque mantendrá el de primer ejecutivo. 

Ante las medidas anunciadas, los resultados, la elevada deuda y la caída de la cotización, Alstom sigue sin poder celebrar los éxitos de dos de sus obras: los trenes Ouigo e Iryo -los fabricaba un consorcio de Hitachi y Bombardier, y esta última ahora es propiedad de Alstom-) en España en su competencia con Renfe tras la liberalización de la alta velocidad. Ouigo es propiedad del operador ferroviario francés SNCF e Iryo es propiedad en un 45% de Trenitalia -cuya dueña es la estatal italiana Ferrovie dello Stato, en un 31% de Air Nostrum -o sea, de los fundadores del IVI- y en un 24% de Globalvia).