Alstom cae en bolsa un 5% este miércoles, tras dar a conocer los resultados de su último ejercicio fiscal (abril de 2021 a marzo de 2022), una mala acogida por parte del mercado -y por tanto- de los inversores que también tuvo hace un año. Eso sí, ahora la reacción se puede deber a que ha registrado pérdidas de 173 millones de euros por culpa del deterioro no monetario de la participación del 20% en Transmashholding (TMH), que es líder en fabricación de trenes en Rusia y en cuyo accionariado entró hace casi 11 años.

El fabricante ferroviario francés ha tenido un beneficio neto ajustado de 268 millones antes del cargo de dicho deterioro, una cifra ligeramente superior a la de hace un año (247 millones), pero lejos de los 446 millones que ganó en su ejercicio fiscal ‘preCovid’ (abril de 2019 a marzo de 2020). Por su parte, el beneficio operativo (Ebit) ajustado ha pasado de 645 millones a 767 millones en los últimos doce meses, aunque el margen Ebit ajustado ha bajado del 7,3% al 5%, alejándose más del nivel preCovid (7,7%).

“A pesar de los obstáculos a corto plazo relacionados con la situación macroeconómica y geopolítica en 2022/23, el grupo sigue totalmente comprometido con lograr sus ambiciones para 2025 y desempeñar un papel importante en la transición de la movilidad”, subrayado su presidente y CEO, Henri Poupart-Lafarge

Alstom ha logrado unas ventas de 15.500 millones, frente a las de 8.785 millones del ejercicio fiscal anterior, al crecer un 11% en base comparable. Asimismo, ha disparado los pedidos, pasando de 9.100 millones a 19.300 millones, superando con creces el nivel preCovid (9.000 millones) y reflejando victorias significativas en Europa, pero también en Hispanoamérica, Taiwán y Australia. Así, ha elevado la cartera de pedidos a un récord de 81.000 millones, frente a la de 74.537 millones de hace un año,... y no hay que olvidar que compró el negocio de trenes de Bombardier, una integración que va por buen camino con una mayor satisfacción del cliente y la entrega de sinergias.

Eso sí, tras los logros, hay que destacar algo que no lo es: el fabricante ferroviario francés que tiene como presidente y CEO a Henri Poupart-Lafarge ha elevado su deuda neta, hasta los 2.085 millones, frente a la de 899 millones de hace un año. Claro que tiene una sólida posición de liquidez de 5.060 millones y de fondos propios que ascienden a 9.024 millones. Y por eso, se ha propuesto el reparto de dividendos de 0,25 euros por acción en la próxima Junta de Accionistas, que se celebrará el 12 de julio, y que supone repartir un pay-out del 35% sobre beneficio neto ajustado antes del cargo por deterioro de TMH. “A pesar de los obstáculos a corto plazo relacionados con la situación macroeconómica y geopolítica en 2022/23, el grupo sigue totalmente comprometido con lograr sus ambiciones para 2025 y desempeñar un papel importante en la transición de la movilidad”, ha subrayado Poupart-Lafarge.

Tras comprar Bombardier Transportation, la plantilla de Alstom ascendió a 71.700 trabajadores y a principios de este año tenía más de 3.000 empleados en España repartidos en 27 centros (destacando cuatro grandes centros de innovación y cuatro fábricas -entre ellas, la de Trápaga (Vizcaya), Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) y Getafe (Madrid)-). Una plantilla que seguiría creciendo, porque Alstom había anunciado la contratación de 7.500 empleados en todo el mundo este año, y en total, ya supera los 74.000, según su página web. Por tanto, Alstom puede recibir un fuerte aplauso en el tema del empleo, aunque para evitar que se lo crea, hay que darle un pequeño tironcillo de orejas por ser el fabricante del Ouigo, el AVE low cost que opera SNCF y que entró a competir con Renfe en nuestro país hace un año.