La salida a bolsa del banco online WiZink, especializado en tarjetas de crédito, que baraja el fondo Värde Partners, culminará otra operación especulativa más con los activos del Popular, entregado por un euro al Santander, lo cual no deja de sorprender. Reúne, de hecho, todos los ingredientes para el sonrojo, si tenemos en cuenta que Ángel Ron intentó vender el 49% del Popu, tres años después de vender al fondo americano el 51%. Emilio Saracho, sin embargo, paralizó esa opción en enero, seis meses ante de la intervención.

Se esfumó así una fuente importante de ingresos para un banco en crisis, equivalente a una de las dos ampliaciones de capital, al tiempo que dejó en manos del Santander la mitad de un activo valorado en 2.500 millones. Buen negocio, cuando el pago por la totalidad del grupo fue ¡un euro!

La intención de Värde, ahora, es sacar WiZink a bolsa (en principio, en 2019), pero tiene que asegurar antes la financiación de la compra del 49% que sigue en manos del Santander. Las dos partes llegaron a un acuerdo en marzo para sellar esa operación antes de final de año.

Operación redonda para el Santander y para Värde, en fin, con lo que están dando de sí los activos del Popular. Para el fondo, especializado entre otras inversiones en el negocio de financiación al consumo, está claro: aprovechará la salida a bolsa para monetizar su inversión.

Se repite el mismo caso que con los activos inmobiliarios y Aliseda, sin las pegas que encontró el Popular

Y también operación redonda para el Santander, que no se ha topado con las pegas que encontró el Popular para vender el activo, además de recuperar el negocio de tarjetas del Popular tras el acuerdo con Värde.

Repetía así una operación similar al traspaso al fondo Blackstone de parte del negocio inmobiliario no productivo del Popular (y de su gestora, Aliseda). Con ese acuerdo, esos activos quedan en una sociedad conjunta del banco de Ana Botín (49%) y de Blackstone (52%).

WiZink no es otra cosa que el antiguo Popular e.com, transformado en 2014 en banco especializado en tarjetas tras la adquisición del negocio en España de Citibank y al que sumó dos años después, en 2016, el negocio de tarjetas de Barclays en España y Portugal.

Ron contacto ese mismo año con Värde para venderle el 49% del Popular, que hubiera recibido a cambio unos 1.200 millones, pero Saracho no hizo nada. En vísperas de la intervención, el Popular intentaba cerrar la venta a Värde, al tiempo que tenía casi cerrada la venta de Totalbank al BCI, de la familia chilena Yarur, y había puesto en venta el negocio en Portugal. Ya era demasiado tarde.