Al límite de las vacaciones la entidad presidida por Manuel Azuaga, cuyo líder es Braulio Medel, ha pasado por la ventanilla de la CNMV para publicar sus cuentas cerradas a finales de junio.

A la entidad ya la he calificado otras veces como uno de los rompecabezas de entidades regionales que han sobrevivido y, añado, siguen mal sobreviviendo, gracias a la especial idiosincrasia nacional de la cultura financiera de proximidad.

El resultado obtenido es de 105 millones de euros (M€). La verdad es que, aunque supone un 22,9% más que la cifra obtenida a junio de 2017, no es para tirar cohetes, ya que, como veremos, la estructura de la entidad, según mi opinión, no está preparada para ningún mínimo vaivén en su balance. El margen de intereses ha crecido un 4,2% debido, principalmente, al descenso de los costes de financiación. En cambio, el primer desajuste se ha producido en el margen bruto, que con 492M€ ha supuesto 67M€ manos que en 2017 (-12,1%) motivado por la excepcionalidad que supusieron los resultados por operaciones financieras el pasado ejercicio, las ventas en el primer trimestre de 2017 de algunas empresas del grupo y la reestructuración en el presente del acuerdo de banca seguros. Lo que comentaba al principio, si se desajusta mínimamente una costura, el traje se desajusta.

​Su calificación crediticia ha mejorado pero salva su cuenta gracias a la menor necesidad de provisiones

Ojo con las comisiones, que puede ser otra de las batallas que puede hacer mucho daño a este tipo de entidades. El máximo de tres euros aprobado por el regulador para las cuentas básicas puede destapar de nuevo la caja de los truenos de los gastos de mantenimiento de las cuentas y el cobro de servicios.

Los gastos de explotación han bajado mínimamente por lo que el margen de explotación antes de saneamientos de 181M€ ha sido un 24,3% inferior al 2017. 

Los saneamientos, gracias a que el ratio de morosidad ha caído en 1,3%, hasta el 7,6%, cifra aún muy alta dentro del sistema, pero que en este último trimestre ha sido el periodo en el que ha tenido la reducción más importante, junto a una cobertura del 54,9%, que el caso de los activos inmobiliarios adjudicados llega al 68,8%, han permitido otro desahogo a la cuenta de resultados que cierra antes de impuestos con 66M€ más que en 2017.

Como vemos, paso a paso y con equilibrios enormes se mantiene la cuenta de resultados de la entidad trimestre a trimestre, pero con una enorme sensación de fragilidad que por momentos se está reflejando en la cotización en bolsa.

​Unicaja va aún muy justita. En breve sabremos si puede mantenerse independiente

Hay ratios que dan la imagen clara de cómo ha de sobrevivir la entidad, por ejemplo el ratio LTD que establece la relación entre los préstamos a la clientela y los depósitos de la misma, lo normal en una gran entidad con un acceso fluido a financiación externa es por encima del 100%, Unicaja ha pasado del 81,3% en 2017 al 74,7% en el primer semestre de 2018, a pesar que los depósitos crecieron un 2,7% en el semestre, pero los préstamos a la clientela descendieron en el mismo periodo un 5,3%. Sin crecimiento del crédito difícilmente lo hay de margen, pero sin caer en la locura de otros tiempos de financiar cualquier cosa, que el equilibrio es muy inestable.

Los ratios de solvencia se encuentra en un 15,3% para el CET1 phase in (13,4% en 2017) y 13,5% para el CET1 Fully Loaded (11,8% en 2017).

Quizás por estos relativos buenos datos en este semestre Moody’s ha elevado la calidad crediticia de Unicaja en depósitos a LP en dos escalones de Ba2 Not Prime hasta Baa3/Prime-3.

Pequeñas noticias para una entidad que nos hemos de convencer que va muy justita y de momento camina sobre el alambre pasito a pasito, pero a una altura peligrosa en este mercado en el que de un día para otro desaparecen entidades como el Popular por la gracia de…