Que Goldman Sachs controla una parte importante del capital de una empresa y, en paralelo, ataque el mismo valor, con posiciones cortas en bolsa, dibuja un mundo al revés. Pero ha sido, sorprendentemente, la práctica desde hace meses del banco de inversión en el Grupo DIA. Ahora bien, dio un salto cualitativo a mediados de octubre, que lo ha puesto bajo sospecha: bajar en un momento clave de accionista de referencia a entre poco y menos.

Es lo que ocurrió en octubre, cuando redujo su participación de control en la cadena del 15,9% algo menos del 2%, en vísperas, para más colmo, de que el grupo anunciara un profit warning demoledor, suspendiera el dividendo y perdiera un tercio de su valor en bolsa. Hizo un buen negocio, dentro de lo malo en un grupo en crisis, evitándose lo peor de un desplome del que todavía no ha resucitado. La acción sigue por debajo de un euro, mientras sigue navegando por el desastre, con un Ebitda que ha caído un 24% desde enero.

Es saludable recordar que Goldman Sachs es el mismo banco que provocó, con sus enjuagues y opacidad, la crisis griega, que puso en jaque a Europa. En DIA ha sido el segundo accionista durante meses, mientras la mitad de las acciones estaban prestadas para atacar el valor, con un ensañamiento asombroso. En las posiciones cortas se ha llegado a concentrar un 21% de accionariado.

El banco de inversión podría ser investigado por la CNMV, también por sus vínculos con el magnate Fridman

Las sospechas crecen, en paralelo, entre los pequeños accionistas, que han llegado a pedir al regulador que detenga los ataques al valor con posiciones cortas. Ven instalado en DIA en un nicho de especulación creciente desde el verano.

También por la OPA que podría lanzar Fridman, una posibilidad pero lejana y ¿a qué precio? El magnate pagó 4 euros por acción en enero y según la Ley de OPA, “el precio ofertado no podría ser inferior al pagado por dicho accionista en los últimos 12 meses.”

OK Diario añade otro ingrediente a la ensalada: la denuncia de un accionista institucional de la cadena, que ha enviado a la CNMV un escrito por burofax en el que pide una investigación a Goldman Sachs por la relación entre el banco de inversión y Mikhail Fridman, primer accionista del grupo (29%). El escrito explica que el magnate ruso ha tomado el control efectivo de DIA, evitando una OPA, algo obligatorio por ley.

La sospecha, en este caso, procede de una posible acción concertada entre los dos, Goldman y el fondo LetterOne, del ruso, o la utilización de información privilegiada, teniendo en cuenta el vínculo contractual que les une. LetterOne contrató los servicios de Goldman para comprar un paquete del 14% a menor precio que el de la cotización.