• Controla el 10,5% de las acciones, pero la mitad de ellas están prestadas para atacar el valor con posiciones cortas.
  • El mismo banco que provocó la crisis griega se ensaña ahora con la cadena, en crisis por la caída de ventas.
  • DIA es, desde hace meses, uno de los valores más castigados por los fondos bajistas con posiciones a corto.
  • Es el mismo mecanismo empleado en contra del Popular, motivo de querella judicial y de reclamación a la CNMV.

¿Puede convertirse un banco de inversión como Goldman Sachs en el principal artífice del hundimiento de una empresa, en la que encima es accionista? El tiempo demuestra que sí, porque no sólo invierte (está presente en el capital), sino que también presta al atacante, que emplea ese mismo dinero para especular con las posiciones bajistas en contra del valor. Pero eso es, precisamente, lo que está penalizando en bolsa desde el verano a la cadena de distribución DIA. Precisamente, su principal accionista desde diciembre es Goldman Sachs. Los datos los aporta Economía Digital, al poner de relieve la contradicción. Goldman es efecto, el principal accionista de DIA desde diciembre y ha elevado esta semana su presencia del 10,21 al 10,54%, pero tiene más de la mitad de sus acciones, en concreto el 5,96%, cedidas a inversores a corto, los mismos que castigan en valor. Para DIA, desde luego, no es una buena noticia que Goldman Sachs sea su principal accionista, teniendo en cuenta que es el mismo banco que provocó, con sus enjuagues y opacidad, la crisis griega, que puso en jaque a Europa. No sólo eso, con las mismas armas, ha puesto en jaque también a empresas, porque lo único que busca es, básicamente, los mayores beneficios, maquillando la realidad lo que le venga en gana. Paradójicamente, en ese mundo al revés, Goldman Sachs es también, con cifras de 2017 de este jueves en Expansión, el segundo banco del ránking de ingresos por comisiones (4.858 millones de euros), sólo por detrás de JP Morgan (5.500 millones). Pero alienta la práctica las mismas armas empleadas para tumbar la cotización, hasta ahogarla, como pasó con el Popular (por lo que hay una reclamación en la CNMV que apunta contra el ex consejero Antonio del Valle o una demanda judicial de los accionistas) o hubiera pasado con Liberbank si la CNMV no hubiera puesto remedio prohibiendo temporalmente esas órdenes. A Goldman Sachs le da igual que le da lo mismo la crisis en la que está instalada DIA, mientras los fondos bajistas (Marshall Wallace, Delores Holdings, Blackrock, etc.) se aprovechan de las circunstancias para atacar con posiciones cortas. Esos fondos controlan el 16,34% de valor en esas posiciones. Los demás accionistas son el magnate ruso Mikhail Fridman (10%), cuya  entrada fue celebrada en agosto, aunque el respiro en la cotización duró poco. En septiembre todo se había quedado en nada, precisamente por los ataques de los bajistas. También tiene posiciones en DIA la gestora Baille Gifford (10,03%), Black Creek (5%), Morgan Stanley (4,4%), LSV Asset (3%), Norges Bank (3%) y BlackRock (2,71%). Andrés Velázquez andres@hispanidad.com