Para entendernos: de la misma manera que en el ámbito político existen rivalidades entre los partidos y luchas de poder internas, en las empresas sucede otro tanto. El mundo económico también necesita un líder y, si no lo necesita no pasa nada porque siempre hay alguien dispuesto a sacrificarse.

José María Álvarez-Pallete no quiere participar en ese juego de poder. Pero una cosa es que no le interese y otra bien distinta es que los ‘suyos’, los empresarios, le marginen.

Le ha ocurrido en la cumbre de la CEOE. ¿Recuerdan quiénes fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida, el lunes 15? Pablo Isla, Juan Roig y Ana Botín, como primera interviniente del sector financiero. Aun así, decidió acudir.

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Pallete no quiere influir, ni en política ni en prensa (Telefónica es el segundo accionista de PRISA), ni en el ámbito empresarial, pero tampoco le gusta que le marginen. Por eso, en su intervención de este martes, en la cumbre de la CEOE, no ha dicho nada que no desvelara en las extensas entrevistas publicadas el lunes en El Mundo y Expansión. Su intervención ha sido correcta, pero no pasará a los anales de las cumbres empresariales.

Lo cierto es que Pallete está molesto porque, siendo presidente de Telefónica, multinacional española y una de las telecos más importantes del mundo, le han colocado de telonero de los CEO de Orange España y de Vodafone España. ¿Comprenden? Junto a Laurent Paillassot (Orange España) y Antonio Coimbra (Vodafone España), debería hablar Emilio Gayo (presidente ejecutivo de Telefónica España) y no Pallete. Sus compañeros ‘lógicos’ hubieran sido Isla, Roig y Botín, de la misma manera que en el Mobile World Congress de Barcelona comparte cartel con el presidente del grupo Vodafone y del grupo Orange.

Pallete no quiere influir, tampoco en el ámbito empresarial, a través de un nuevo CEC (el Consejo Empresarial para la Competitividad desapareció) que algunos quieren instaurar como interlocutor con Moncloa, pero tampoco le gusta que le marginen.

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