• Siguen en la puja porque pagarían más y dejarían descolgados al Santander y los fondos Apollo y Cerberus.
  • Y están en línea con el mismo 'modus operandi' de otros grupos asiáticos: entrar en los mercados europeos a través de Portugal.
  • Ya han accedido por esa vía a sectores estratégicos como el eléctrico o el aéreo.
  • Además, Anbang y Fosun no son 'novatos': han comprado la aseguradora holandesa Vivat y la lusa Fidelidade, respectivamente.
El diario británico Financial Times se aventura este lunes a adelantar un desenlace en la subasta pública del rescatado Novo Banco, antiguo Banco Espirito Santo, (BES), que se decidirá entre dos entidades chinas: Anbang Insurance y el grupo Fosun International. Son, señala, resguardándose en fuentes conocedoras del proceso, las favoritas para adjudicarse el banco. La decisión está prevista para antes del verano. Si la información se confirma finalmente, algo que no sabremos de inmediato, se entremezclan dos realidades paralelas. Por un lado, que pierden posibilidades los otros compradores, entre ellos el Santander, además de los fondos especulativos americanos Apollo y Cerberus. Y por otro, el interés crecientes de los grupos chinos por colarse en el sistema europeo por la puerta sur, Portugal. Una cosa está clara: Novo Banco, la tercera entidad del país es una pieza clave para jugar a mayores en la banca portuguesa. No es la primera vez ni el primer ensayo en ese sentido, que prueba el atractivo de Portugal para los gigantes asiáticos como plataforma para penetrar en Europa. Ya han accedido por esa vía a sectores estratégicos europeos como el eléctrico o el aéreo. Grandes grupos chinos como There Gorges (Las Tres Gargantas) o State Grid se hicieron con dos de las empresas portuguesas del sector energético como, EDP y REN. La adquisición del 22% de EDP por There Gorges supuso después la salida de Iberdrola de la energética, en la que tenía un 6,6%. En el ámbito financiero, Anbang y Fosun no son novatos, además, en Europa. El primero compró este año la aseguradora holandesa Vivat por 1.700 millones, y el segundo pagó la misma cantidad por el 80% de la compañía de seguros lusa Fidelidade. Otro grupo chino, Haitong, adquirió por 379 millones Banco Espirito Santo Inversión, la división especializada del BES en banca inversión. En el caso de Novo Banco, según Financial Times, todo depende de quién pague más y en cualquier caso sería más de 4.000 millones de euros. Incluso podría acercarse a los 4.900 millones, la cifra que costó su rescate el agosto de 2014 (500 de ellos aportados por un fondo creado por la banca privada, y el resto, 4.400 prestados por el Estado, que lo tomó del programa de ayuda financiera de la Troika). La caída en picado del BES se precipitó a raíz de la publicación de sus resultados en el primer semestre de 2014. Las pérdidas, insostenibles, ascendían a 3.577 millones de euros, una cifra que superaba con creces el colchón de capital de la entidad. Finalmente, la entidad quedó partida en dos: un banco malo en el que quedaban aislados los activos tóxicos, y Novo Banco, la nueva entidad que reemplazaba al antiguo BES. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com