Segundo aviso de Bruselas a Pedro Sánchez en poco más de dos semanas, tras el que le dio por el plan presupuestario, pero ojo, ahora lo hace a tres días de las elecciones del 10-N. La Comisión Europea ha rebajado sus previsiones económicas y estima que el PIB español crezca un 1,9% en 2019 y un 1,5% en 2020, cuatro décimas menos de lo que señaló en julio y por debajo de los pronósticos del Gobierno (2,1% y 1,9%).

España previsiones otoño de la CE

El comisario europeo para Asuntos Económicos, el socialista francés Pierre Moscovici, ha descartado que la revisión a la baja se deba a la incertidumbre política. Eso sí, ha insistido en que el futuro Gobierno debe recuperar el ritmo de aprobación de reformas estructurales (entre ellas, que haya Presupuestos) y continuar con la consolidación fiscal. De hecho, Bruselas es menos optimista que Sánchez en relación al déficit: prevé que sea del 2,3% en vez del 2% este año, y del 2,2% en 2020.

El comisario Moscovici descarta que la revisión a la baja se deba a la incertidumbre política, pero pide acelerar las reformas estructurales 

A pesar de la revisión a la baja, Moscovici ha subrayado que “la economía española está en una situación más resiliente que en el pasado para enfrentarse a una recesión global” y confía en su “fortaleza”. Palabras que habrán gustado a Sánchez, quien no habla de crisis sino de “enfriamiento de la economía internacional”. En sintonía con su jefe, la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, ha señalado que “no hay crisis, nadie ve una crisis en la economía española a corto plazo. Hay una ralentización pero eso lleva sucediendo desde 2015” y ha asegurado que “el entorno del crecimiento del PIB va a estar en torno al 2% en 2020”. Y por cierto, hay otra prueba más de que el Banco Santander apoya a Sánchez: para el CEO de su división en España, Rami Aboukhair, sería irresponsable negar la ralentización, pero no menos irresponsable hablar de recesión.

Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario del Euro y el Diálogo Social, ha considerado que en Europa “es posible que entremos en aguas más agitadas” por la incertidumbre debido a conflictos comerciales, el aumento de las tensiones geopolíticas, la persistente debilidad del sector manufacturero y el Brexit. Y por eso, ha instado “a todos los países de la UE con altos niveles de deuda (entre ellos, España) a aplicar políticas fiscales prudentes y a poner sus niveles de deuda en trayectoria descendente”.

El vicepresidente europeo Dombrovskis insta a los países de la UE con altos niveles de deuda a aplicar políticas fiscales prudentes 

Palabras que debería tener muy en cuenta Sánchez, pues todo apunta a que en cuanto gane las elecciones, pondrá en marcha su sablazo fiscal. Y es que en su programa electoral, poco se sabe de impuestos: sólo dice que no subirán para “clases medias y trabajadoras” y que se rebajará el IVA a los productos de higiene femenina. Sin embargo, son muchos los que apuntan a que subirá el IRPF a rentas altas y establecerá un tipo mínimo en el Impuesto sobre Sociedades, a lo que hay que incluir nuevos tributos (la ‘tasa Google’ y la ‘tasa Tobin’… que tecnológicas y banca acabarán repercutiendo en sus clientes).  

Y por cierto, al hilo de esto no hay que olvidar que desde el BCE (tanto Mario Draghi en su despedida de la presidencia, como su número dos, Luis de Guindos) han insistido en que en esta época de dinero barato, la política monetaria no da más de sí, y ahora tienen que mover ficha los gobiernos, es decir, actuar en la fiscalidad. Como saben, lo normal cuando la economía está al alza es subir los impuestos y cuando está anda en descenso (como en la actualidad), bajarlos. Una teoría sencilla que Sánchez, Doctor en Economía, parece no haber entendido del todo bien.