Empaque es lo que ha querido dar Pedro Sánchez, a esta última cita, al menos telemática, con los presidentes de Gobiernos autonómicos. Y ha aprovechado la ocasión para poner nombre, por fin, algunas de las promesas que había ido desgranando semanas atrás respecto al turismo y a la automoción. Entre los dos, según ha puntualizado, suponen el 22% del Producto Interior Bruto del país y, por ello, son fundamentales para "poner en marcha cuanto antes la recuperación económica tras la pandemia".

Y he dicho poner nombre y no ‘concretar’, porque si queremos conocer todos los detalles de este plan para relanzar la automoción habrá que esperar a mañana lunes, cuando se den a conocer los ambiciosos objetivos que persigue. Será en una presentación en la sede del Gobierno, junto a los máximos responsables del sector. Todos somos amigos.

Lo que sabemos es que el montante del plan total ya tiene 'factura': 3.750 millones de euros, según ha señalado el presidente. No ha concretado nada pero ha hablado de medidas directas, que incluyen ayudas, apuesta por la investigación y el desarrollo, inversiones, reformas legales, una fiscalidad que dote de mayor competitividad al sector y formación y cualificación para los trabajadores. En definitiva, un impulso general a un sector “que también tendrá que adecuarse a los objetivos de transición hacia una movilidad más sostenible y conectada con la cadena de valor industrial”.

Pues... no está nada mal Señor Sánchez. Las metas son ambiciosas y parece que el presupuesto resulta escaso tal y como me lo fía con sus pocas explicaciones. Y como usted mismo dice “no es necesario explicar la importancia que tiene el sector automovilístico, que representa una décima parte de nuestro PIB y un quinto de las exportaciones, dando dos millones de puestos de trabajo de forma directa o indirecta”

Poco parecen por tanto esos 3.750 millones si tenemos en cuenta que, solo los siete planes PIVE aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy suman 900 millones... y sólo se trataba de ayudas al cliente por cambio de vehículo.

El plan para la automoción apuesta por la investigación y el desarrollo, inversiones, reformas legales, una fiscalidad que dote de mayor competitividad al sector y formación y cualificación para los trabajadores

Es más, habrá que ver a qué se refiere con eso de “una fiscalidad que dote de mayor competitividad al sector”. Quizá un guiño tardío a aquellas multinacionales como Nissan, que han decidido dejar nuestro país.

Lo último que sabemos es lo que dijo la semana pasada en el Congreso de los Diputados, la ministra Reyes Maroto y en la misma línea de lo se ha dicho hoy: “el nuevo plan de automoción en el que trabaja el Gobierno contendrá medidas para adaptar la fiscalidad del sector y facilitar la liquidez y la financiación de las empresas. Pues si hay medidas fiscales, el coste del plan parece poco, demasiado poco.

Maroto sabe que lo que espera el sector es, entre otras cosas, que se produzca un cambio del actual impuesto de matriculación por uno nuevo que grave el parque según sus emisiones de CO2. En concreto, propone que se adapten los tramos impositivos al nuevo ciclo de homologación WLTP, (nuevo examen para medir consumos que se aplicará en el seno de la UE) con el fin de evitar una “subida encubierta” a partir de enero de 2021.

En cualquier caso, el nuevo plan contará con financiación para la renovación del parque automovilístico, con incentivos especiales para los vehículos eléctricos y contará con ayudas especiales a las familias con menores recursos "para que no se queden atrás en este proceso". También se beneficiará a empresarios y autónomos con el ahorro de combustible que se logrará

De los detalles nos enteraremos el lunes y, el jueves, del contenido del plan para reactivar el turismo, “otro de los sectores prioritarios del país”, ha dicho Pedro Sánchez que expondrá, ese día, las medidas pactadas con los agentes económicos y en coordinación con las autonomías.

Ha insistido en que el mejor ejemplo de apoyo a esta industria es la decisión conocida hoy. Es decir, la acertada rectificación que supone adelantar al 21 de junio la apertura de las fronteras para los países europeos del espacio Schengen.

Pedro Sánchez asegura que priorizarán el diálogo con sus socios de investidura pero subraya que es el “momento inédito” para hacer “pactos transversales”.

Apoyarse en Ciudadanos para aprobar los PGE

El Gobierno no descarta apoyarse en Ciudadanos para sacar adelante las cuentas. No lo ha dicho así, claro está, Pedro Sánchez pero y a pesar de que asegura que priorizarán el diálogo con sus socios de la investidura, subraya que es el “momento inédito” para hacer “pactos transversales”.

El acercamiento a la formación de Arrimadas comenzó con las negociaciones para aprobar las tres últimas prórrogas del estado de alarma y se ha ampliado a temas como la regulación de la llamada nueva normalidad o las reformas en las leyes sanitarias para responder a futuras emergencias.

Ahora el presidente no descara ampliar esos acuerdos a los Presupuestos, aunque esto pueda suponer alterar su pacto de Gobierno de coalición con Podemos.

Sánchez ha defendido que, en estos momentos, la ciudadanía, al margen de a quién vote en las elecciones, "nos pide llegar a acuerdos" y demanda "unidad de todas las fuerzas políticas". 

Ahora bien, la pregunta es: ¿pueden cambiarse las cosas con 10 diputados?