Podría haber una revolución en Navantia, pues su presidente, Esteban García Vilasánchez, ha pedido más movilidad interna a los empleados. Algo que puede ser normal y entendible, pero que teniendo en cuenta el contexto de la naviera pública resulta un tanto revolucionario porque el 29% de la plantilla tiene más de 60 años. Por tanto, está más próximo a ir pensando en la jubilación que en estar yendo de un puesto a otro, enfrentándose a “nuevos desafíos” y “alcanzando nuevas metas”.

Y ojo, García Vilasánchez no dice esto porque desconozca a los trabajadores, pues lleva desde 1990 trabajando en Navantia, sino porque, al igual que el principal accionista, la SEPI, quiere un “cambio cultural”. Claro que para ello es vital tener en cuenta que la edad media de la plantilla es de 54 años y que por tanto, es necesario rejuvenecerla. 

La edad media de los trabajadores es de 54 años... El rejuvenecimiento de la plantilla es prioritario en el plan estratégico

Esto último es uno de los objetivos del plan estratégico de la naviera pública, del cual ya habló la presidenta de la SEPI, Pilar Platero, en su comparecencia en el Congreso a mediados del pasado abril. Otras de las líneas principales de dicho plan son la modernización de los astilleros y la formación.

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En la carta que García Vilasánchez ha enviado a los trabajadores, según Europa Press, ha señalado que “es vital desempeñar diversas funciones dentro de la misma organización”. “Debemos fomentar la movilidad entre diferentes puestos a lo largo de la carrera profesional, intentando conseguir siete u ocho movimientos”, ha añadido. Al mismo tiempo, les anuncia la puesta en marcha del Programa Rumbo, que no sólo apuesta por la movilidad interna, también por entrevistas y comités de desarrollo, y planes de carrera. “Todos ellos destinados a mejorar el compromiso y desarrollar el potencial de nuestros empleados”, ha subrayado.

Paralelamente, no podemos olvidar que aunque Navantia ha superado su crisis, como presumió Platero, debe enfrentarse al desafío de encontrar nuevas vías de negocio. Ahora mismo, tiene en marcha varios contratos relacionados con defensa (cinco corbetas para Arabia Saudí y otros proyectos de la Armada española -fragatas F110 y submarinos S-80- y las de Australia y Turquía), además de estar construyendo cuatro petroleros. Pero también está trabajando en el área eólico-offshore con Iberdrola y Platero no descarta hacerlo también con otras empresas.

Parece que es renovarse o morir y, para ello, empezar por la plantilla es prioritario. Todo depende de cuándo se apruebe el plan industrial que están negociando representantes de Navantia, SEPI y de los trabajadores... Ojalá no se demore demasiado. 

Claro que lo de que Navantia haya superado la crisis, como defiende Platero, se puede poner un poco en duda estos días porque la SEPI ha publicado sus resultados consolidados de 2017 en el Boletín Oficial del Estado (BOE): ha tenido unas pérdidas de 225,5 millones de euros, un 60% superiores a las del año anterior, lastrada por Navantia (pérdidas de 389,8 millones) y Correos (números rojos de 187 millones). Además, a finales de marzo, la SEPI tuvo que inyectar 157 millones en la naviera pública (en forma de préstamo).