Publica Kutxabank sus resultados semestrales (ver el documento adjunto). Durante la primera mitad del año, ha obtenido un beneficio neto de 197 millones de euros, un 5% más que en el mismo periodo de 2018. Ahora bien, aunque la entidad se pone al día, todavía queda mucho por hacer, empezando por mejorar el margen de explotación, que continúa a la baja (-4,7%). Asimismo, destaca el hecho de incremento del 17% al que se ve obligado en apartado de saneamientos y deterioros, que suponen una pérdida de 123 millones de euros.

Por otra parte, aumenta en el negocio principal propio del sector: el margen de intereses sube un 2%, mientras las comisiones y seguros aumentan un 2,2%. La suma de ambas da lugar a ganancias de 534,5 millones de euros, que ha tenido lugar gracias a la evolución positiva de los ingresos por servicios y comercialización de productos. Cabe destacar que la concesión de préstamos hipotecarios ha crecido muy por encima del mercado, un 25%, así como los préstamos al consumo, que han avanzado un 13,3%. Además, la entidad ha conseguido reducir en un 0,1% (300 millones de euros) los gastos de administración, al mismo tiempo que las amortizaciones suben un 1,8% (que suponen una pérdida de 26,8 millones).

Sorprende el elevado nivel de saneamiento al que se ha visto obligado (+17%)

En la primera mitad del año ha continuado la rebaja de su tasa de morosidad, principalmente porque el saldo de activos dudosos ha decrecido en 508 millones de euros en un año. Así, desciende 48 puntos básicos en el primer semestre, y es del 3,38%, una de las más bajas del sector. Pese a esto, la necesidad de sanamientos y provisiones es elevada.

Por último, al igual que otras entidades, el grupo ha apostado por el mercado online, con servicios como el pago por móvil y aplicaciones para consultar la situación financiera personas, pero aun así la banca digital no termina de convencer: el 60% de los clientes de Kutxabank no son usuarios digitales. Argumentan desde el banco que esta cifra disminuye con el tiempo, aunque tal vez sea porque el peso de los productos y servicios bancarios contratados online es cada vez mayor, dando lugar a unas 'ventas' digitales que crecen un 86%.