Dentro del plan 'España 2050' no podía faltar un espacio dedicado a la educación. Y hete aquí que partiendo de un informe que ha el grupo asesor del Gobierno en dicho plan, y centrado en la educación, Iván Redondo e Isabel Celáa han inventado el cheque escolar-estatal. Esto es, en lo relativo a la concertada, tal como publica El Mundo, los expertos piden "reglas y mecanismos de control" en la admisión de alumnos que aseguren una "escolarización equilibrada" de niños con necesidades en todos los colegios, los públicos y los privados subvencionados. Para ello, instan a que la concertada sea 100% gratuita con el fin de evitar posibles discriminaciones. Hablan de "corresponsabilidad" de la red pública con la concertada, un término que pretende acercar posturas y que se aleja de lo planteado en la Ley Celaá, donde lo concertado está subordinado a lo público.

En contrapartida, instan a abordar "la brecha de financiación de la escuela concertada", que recibe menos ayuda pública de lo que debería, cuantificando el coste real de cada puesto "con el objetivo de mejorar las oportunidades de acceso". Esto se ha planteado en Cataluña por parte de una consejería de Educación que es de ERC y las patronales de la concertada no han puesto demasiadas pegas. 

Esto suena a la fórmula del cheque escolar, pero con un añadido: cuando el cheque escolar consiste en que el Estado le da al padre un importe para que el progenitor -A o B, esto ya no se especifica- eliga a qué colegio quiere llevar a su hijo, de manera que así los centros compiten entre sí por atraer a los alumnos que encajen con sus idearios, con el sistema Redondo-Celaá el Estado da un importe al centro y, como contrapartida, elige a qué centro va el alumno. Es decir, volvemos a confundir el concepto libertad educativa. Libertad educativa es aquello que Sonya Gospodinova, la portavoz comunitaria de educación, le recordó a Celáa: que los padres son libres de elegir la educación para sus hijos. y, añadió Gospodinova: «la Comisión sostiene que los padres deben tener la posibilidad de asegurarse de que la educación que se les da a los niños corresponde a sus convicciones religiosas y a sus visiones filosóficas y educativas» tal como se recoge en el artículo 14.3 de la carta europea de Derechos Fundamentales. Es decir, nada de que es el Estado el que debe educar a los hijos.

Por tanto, señora Celáa y ahora también, señor Redondo, en educación no se trata de proteger al empresario del ramo, sino la formación de los alumnos y eso, les guste o no les guste, pasa por dejar que sean sus padres quienes decidan cómo van a educar a sus hijos, no ustedes.