Ocurría en la última madrugada y casi simultáneamente. En Beasain, municipio del interior de Guipúzcoa, la Ertzaintza habría una investigación para esclarecer una agresión a una joven que, al parecer, fue abordada a primeras horas de este domingo en pleno centro de la localidad. El relato de los hechos de la víctima y la exploración médica practicada posteriormente eran compatibles con un delito cometido contra la libertad sexual, según fuentes policiales. “Los primeros indicios indican que habría sido violada, y se sospecha de uno o varios varones”, aseguraban esas mismas fuentes.

Mientras, y en Manresa, cuatro jóvenes con edades cercanas a los 20 años eran detenidos por los Mossos d'Esquadra esta madrugada por la presunta agresión sexual a una menor de 17 años. La menor estuvo declarando durante toda la mañana en una comisaría de los Mossos de esta localidad para formalizar la denuncia. Los cuatro jóvenes que habrían cometido la agresión, ocurrida en el interior de un domicilio, estaban detenidos en la misma comisaría. Los agentes han iniciado una investigación y recopilación de pruebas, y los cuatro jóvenes pasarán a disposición judicial en un plazo de 72 horas.

La Fiscalía General del Estado abrió, en 2018, 6.425 diligencias por delitos de abuso sexual, un 30,8 por ciento más que el año anterior.

Se da la circunstancia de que hace dos semanas concluía en Barcelona el juicio contra la conocida como “Manada de Manresa”, integrada por seis jóvenes que violaron, por turnos, a una menor aprovechando que estaba ebria y apenas se mantenía consciente durante un botellón en una fábrica abandonada en octubre de 2016.

Y es que, todos los días, en los medios de comunicación, -prensa, radio, televisión-, se suceden noticias como estas, noticias sobre agresiones sexuales colectivas cuyo número ha crecido en los últimos meses, quizá y sin temor a exagerar, se podría decir que su número crece desde hace tres años cuando la Manda ‘genuina’ actuó en Pamplona.

No sé si estamos a las puertas de una alarma social, lo que si nos debemos preguntar es si estamos ante el efecto contagio de las violaciones en manda o si, las agredidas, denuncia cada vez más porque hay una mayor conciencia social favorable a que se conozca lo que antes sólo se compartía con el entorno más cercano.

En este sentido y según estadísticas del Consejo Europeo, con datos de 2015, España se sitúa entre los países de la UE con menos denuncias por violación, con 2,65 casos por cada 100.000 habitantes, muy lejos de las 62 por cada 100.000 habitantes en Inglaterra y Gales, o las 57 en Suecia.

Hace dos semanas concluía en Barcelona el juicio contra la conocida como “Manada de Manresa”, integrada por seis jóvenes que violaron, por turnos, a una menor aprovechando que estaba ebria

Los últimos datos publicados en nuestro país proceden del avance estadístico de la Memoria anual de la Fiscalía General del Estado correspondiente a 2018 que deja una estadística alarmante. La Fiscalía abrió 6.425 diligencias previas por delitos de abuso sexual, un 30,8 por ciento más que el año anterior. Las diligencias sobre delitos contra la libertad sexual crecieron el año pasado un 23,2%, con lo que se consolida la tendencia al alza que vienen reflejando los informes de criminalidad del Ministerio del Interior en los últimos años. Según el ministerio, las denuncias de violaciones a menores de 16 años aumentaron un 54,7%, las de agresión sexual un 40,5% y el abuso sexual (sin violencia) un 25,5%. También experimentaron un repunte del 60,7% las denuncias de adolescentes por acoso sexual mediante móvil o redes sociales.

Dicen los expertos que la Manada ha creado tendencia. Una tendencia que se aprecia en las webs de pornografía en las que se han multiplicado las búsquedas, al parecer entre los más jóvenes, de agresiones sexuales, de violaciones, en manada. Porque manadaha llegado a ser, como término, ‘trending topic’ en Twitter.