La jornada bursátil del martes 18 en la Bolsa de Madrid resultó un tanto extraña. El Ibex-35 no logró auparse hasta los 10.000 en parte por la acerías pero, sobre todo, por una caída generalizada de los cotizaciones bursátiles con una excepción, el Sabadell que cerró con un alza del 1,60%.

¿Qué estaba ocurriendo? Pues que el banco de Pepe Oliu se ha convertido en el eje del proceso de fusiones, ese al que los reguladores empujan pero que se encuentra con una tremenda inercia por parte de los presuntos protagonistas.

El Sabadell también busca una alternativa defensiva: una absorción de tres posibles objetivos: Ibercaja, Unicaja y Kutxabank

De entrada recordemos un dato estadístico importante: Josep Oliu y Jaime Guardiola constituyen el dúo directivo más veterano, más longevo y, en el caso de Oliu, de más edad de toda la gran banca española.

Oliu, que el próximo 25 de abril cumplirá 71 años, estaría dispuesto a una fusión, absorción del Sabadell por el BBVA de Carlos Torres, con un periodo intermedio de co-presidencia.

No olviden que Oliu ya intentó un matrimonio con Bankia, al que se opone el BBVA, que pretende una fusión BBVA-Bankia que euskaldinice su Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (bueno, la ‘A’ sobra).

Los banqueros le recuerdan a BCE y BdE que los bancos son propiedad de sus accionistas, no del regulador

El Sabadell también busca una alternativa defensiva: una absorción de tres posibles objetivos: Ibercaja, Unicaja y Kutxabank. Las tres difíciles, la última porque se rige desde los Batzoki del PNV. Unicaja es el banco andaluz y ha puesto orden en sus cuentas. Ibercaja es el banco de la Sociedad aragonesa de amigos del país… y no le gustan mucho los catalanes.

En cualquier caso, todos esos movimientos convierten al Sabadell en una ‘rara avis’ dentro de un sector donde los reguladores aprietan para fusionar bancos mientras los interesados le recuerdan al regulador que un banco es propiedad de sus accionistas, no de su supervisor.