Si ayer hablábamos de las exigencias impuestas por Bruselas al monopolio de Google en los móviles Android, este jueves nos referimos a los asistentes de voz Alexa (Amazon), Siri (Apple) y Google Assistant. A Bruselas le preocupa, por un lado, la posición de dominio de estos gigantes tecnológicos en un sector -el de internet de las cosas- que está adquiriendo mucha importancia y será crucial en un futuro cercano, y más importante todavía, la privacidad de los usuarios que utilizan estos dispositivos. Ahora bien, la preocupación de Bruselas por esto último es sólo aparente, como veremos más adelante.

Quien más quien menos ha vivido alguna experiencia similar a la de aquel matrimonio que, en presencia de ‘Alexa’ se puso a hablar sobre su hijo que vivía en Vigo, y cómo ese mismo día, al encender el ordenador, comenzaron a aparecer anuncios de hoteles en esa ciudad gallega. Es la llamada publicidad programática, pero ese es otro tema. Lo que ahora nos ocupa es el hecho de que los ‘Alexa’, ‘Siri’ y ‘Google Assistant’ no sólo nos oyen, sino que nos escuchan… por nuestro bien y nuestra comodidad, naturalmente.

Sea como fuere, el asunto preocupa en Europa, aunque más el primer aspecto -abuso de posición dominante- que el segundo, que solo lo hace aparentemente.

Vean: la comisaria de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, afirmó el miércoles que analizará el acceso de esas compañías a los datos de los usuarios, pero ojo, no porque sean privados, sino porque les pueden proporcionar una ventaja competitiva sobre sus rivales. En otras palabras, no se trata de restringir el acceso a los datos privados de los usuarios, sino ampliarlo a todas las compañías.

La UE presentará un informe sobre los asistentes de voz, en los próximos meses. Esperemos que no se quede únicamente en la falta de competencia, aunque los antecedentes no invitan al optimismo. Claro que siempre hay una solución alternativa: no utilizar asistente de voz.