La confusión empieza a resultar curiosa. Infolibreun medio progresista, naturalmente, pone al cardenal, José Luis Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), como no digan dueñas por permitir, gran pecado contra lo políticamente correcto en tiempos de coronavirus, mantener abiertas las iglesias. Y el inefable Jiménez Losantos, progre de derechas y comecuras liberalísimo, hace lo propio y en la misma dirección: ¡qué vergüenza, Omella no cierra los templos! Es un asesino que pretende inocular el maligno virus a los fieles a la luz de las velas. La salud de los fieles le preocupa muchísimo a don Federico.

Sin embargo, miren por dónde, vamos a la página oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y encontramos un escrito tan corto que parece elaborado por alguien realmente desganado y no muy a favor de la propuesta. Ahí la tienen: Omella aconseja a los fieles que vean la misa por la tele. Incluso, cuánto bueno, se aporta un horario de las misas digitales, de la que insisto, el Magisterio asegura que no cumplen el precepto dominical  y que, casualmente, hacen imposible la comunión del Cuerpo de Cristo. Ahí donde el cristiano se traga su propia salvación o su propia condenación.

Mucho mejor Osoro que Omella, malo el uno, peor el otro, y una lección para ambos: no esperes el aplauso de los cristófobos, no les hagas concesiones en materia tan crucial como la Eucaristía: sólo sirve para que te insulten mientras traicionas a los tuyos.

El clero no debe hacer concesiones a los progres: sólo sirve para que te insulten, mientras traicionas a los tuyos

Mantener las iglesias abiertas para rezar. Se puede rezar en muchos sitios pero comulgar solo en la Iglesia y de forma presencial, no digital.

De misa por TV nada, como los polacos: ¿Qué hay que evitar las aglomeraciones? Pues en lugar de una misa con 1.000 fieles haré diez misas con 100.

Y si Sánchez exige, como en Italia, cerrar las iglesias… pues no se le obedece y en paz. Las leyes injustas no hay que cumplirlas. Y el sacerdote santo está llamado a dar buen ejemplo, aunque el buen ejemplo le lleve al martirio.

Además, El sacerdote nunca se salva ni se condena sólo… y es mucho lo que está en juego.

En cualquier caso, a última hora de la tarde, llegaba una igualmente equívoca nota de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que podría haber sido enviada por el MInisterio de Sanidad, al que tanto se cita. Ahí va el texto clave: "Las celebraciones habituales de la Eucaristía pueden mantenerse con la sola presencia del sacerdote y un posible pequeño grupo convocado por el celebrante. En caso de celebraciones abiertas al pueblo recomendamos evitar la concentración de personas, siguiendo las instrucciones citadas en el apartado". 

O sea, que la Eucaristía se ha hecho para los curas. Pues si quieren cumplir las normas del Gobierno celebren misas en parques, espacios abiertos, aparcamientos, el Santiago Bernabéu. Ahí hay mucho espacio para mucha gente, convenientemente separada... con distancia social.