Este miércoles, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no se ha bajado del burro en su comparecencia en el Congreso, pues ha defendido el viraje dado en inmigración y el acercamiento de presos de ETA. Eso sí, no se ha mojado en nada relacionado con Cataluña, sólo a la salida ha señalado a los periodistas que confía en que se lleguen a acuerdos con la Generalitat (por ejemplo, sobre los lazos amarillos) en la Junta de Seguridad del próximo 6 de septiembre. 

Explicará el cese del coronel Manuel Sánchez Corbí como jefe de la UCO de la Guardia Civil a puerta cerrada 

Por tanto, Grande-Marlaska se ha limitado a cumplir, aunque no del todo, con el guión previsto (o sea, con el orden del día). La excepción ha sido el cese del coronel Manuel Sánchez Corbí como jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, pues el ministro ha comentado que lo explicará a puerta cerrada, en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, cuando acabe el plazo legal que hay para que afectado pueda presentar un recurso. Un cambio en el orden del día, aprobado por la Mesa de la Cámara Baja, que ha intentado alterar el presidente de la Comisión de Interior, el popular Rafael Merino, pero sin éxito por las críticas de Podemos y PSOE, entre otros.

Respecto a la inmigración, Grande-Marlaska se ha mostrado orgulloso del viraje dado por el Gobierno, pues considera que "no es lo mismo supervivencia y derechos humanos que entradas violentas" y añade que “el Aquarius no fue ningún efecto llamada, sino un toque a instituciones europeas”. Asimismo, ha explicado los violentos saltos a la valla de Ceuta del 26 de julio y el 22 de agosto, lanzando un mensaje de Marruecos y España a las organizaciones criminales que trafican con personas: “no vamos a permitir la inmigración violenta”. Además, ha aclarado que “humanidad no significa permisividad” y ha anunciado que van a rediseñar el sistema de vigilancia fronterizo en Ceuta y Melilla “con medios más modernos y no lesivos, aunque no ha concretado si va a retirar las concertinas que instaló el Gobierno Zapatero en 2005.

Está orgulloso del viraje en inmigración porque no es lo mismo supervivencia y derechos humanos que entradas violentas

El ministro del Interior ha reconocido que en la ruta del Mediterráneo occidental (hacia España), las entradas irregulares (marítimas y terrestres) han subido un 125,6% respecto al año pasado. En concreto, han entrado 31.800 inmigrantes de forma irregular hasta el pasado 24 de agosto, 17.000 más que hace un año. “Nos hemos encontrado con una situación extraordinaria pero previsible”, ha afirmado, pues en 2017 ya aumentó un 170% por las dificultades en las otras dos rutas del Mediterráneo hacia Europa -la central (por Libia a Italia) y la balcánica (por Turquía hacia Grecia)-. “La migración ordenada, segura y legal es posible y deseable, pero no la ilegal y violenta”, ha añadido, al tiempo que ha hablado de proyectos de cooperación en países de origen, lucha contra la trata y control de la frontera sur de España que “también es la del sur de Europa”.

Subraya que sólo ha habido dos traslados de presos de ETA, los únicos que estaban el tercer grado, y que en total hay 233 en las cárceles españolas

En cuanto a acercamientos de presos de ETA a cárceles vascas, Grande-Marlaska ha sido muy claro: los habrá, serán legales y “se están estudiando individualmente”. Al hilo de esto, ha referido que hay 233 presos de ETA (205 hombres y 28 mujeres) en las cárceles españolas, concretamente: 203 en régimen cerrado (primer grado), 28 en régimen ordinario (segundo grado) y dos -Olga Sanz y Javier Moreno- en régimen abierto (tercer grado). Estos últimos han sido trasladados a Basauri (Vizcaya) este verano, tras haber progresado de grado, que se habían acogido a la ‘Vía Nanclares’ y habían mostrado arrepentimiento.

Sólo dos traslados que, en su opinión, permiten a Grande-Marlaska presumir de no haber pagado nada al PNV por apoyar la moción de censura, como le critica la oposición. "Mi lealtad con las víctimas es férrea, no permitiré críticas falsas ni que se utilicen a las víctimas por interés político", ha señalado, afeando al PP su estrategia de "inyectar odio" porque los traslados de los dos presos etarras citados se han hecho cumpliendo con lo aprobado por Instituciones Penitenciarias cuando gobernaba Mariano Rajoy. Asimismo, ha recalcado que “un traslado no es un beneficio penitenciario”, sino que sólo lo es un acortamiento de la condena.