• Habría que triplicar la potencia eólica y solar antes de 2030... y no hay tiempo.
  • Ejemplo: sólo para producir con fotovoltaica los MW de la nuclear habría que cubrir de paneles solares la provincia de Ávila.
  • Contundente mensaje a Rajoy: si no se corrigen los impuestos que graban la atómica, no habrá centrales.
  • "Es una barbaridad que entre el 42% y el 50% de los ingresos sean para impuestos", dice el Foro Nuclear.
  • El sector pide, además de otro marco fiscal, que se clarifique el negocio nuclear en el mix energético.
  • Ningún reproche a las renovables, que también serán necesarias para cumplir con las exigencias medioambientales.
En pleno pulso entre las eléctricas y el Gobierno sobre el futuro de las centrales nucleares, Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear (en la imagen), no se ha andado, este miércoles, por las ramas, como quien dice: "Es una barbaridad que entre el 42% y el 50% de los ingresos el sector sean para pagar impuestos y tasas". Así de contundente ha sido -al responder a una pregunta de Hispanidad- y a partir de ahí ha ido razonando los motivos por los que es necesario definir un nuevo marco fiscal y otro legal para que el negocio nuclear sea viable en España. De lo contrario, habrá que cerrar las centrales, como ocurre con cualquier actividad empresarial. Si hay pérdidas, no hay negocio, y en el caso del sector nuclear, eso pasa por corregir la fiscalidad. Ahora bien, si no se prolonga la vida útil de las centrales, sería imposible cumplir las exigencias medioambientales de la UE en la producción energética (20% de energía limpia en 2020 y el 100% en 2050) y cubrir las necesidades para el consumo. Casar esas dos realidades sin la energía nuclear se antoja así como bastante complicado. Dos ejemplos bastante gráficos: habría que multiplicar por tres, antes de 2030, la potencia renovable actual y eso no se puede hacer "en tan breve espacio de tiempo". O también gráfico: habría que cubrir de paneles solares toda la provincia de Ávila. Sobre el nuevo marco fiscal y legal cabalgan las negociaciones entre las eléctricas (Iberdrola, Endesa y Gas Natural) y de las eléctricas con el ministro de Energía, Álvaro Nadal. Y sobre esos pilares, además, rodará el alargamiento de la vida útil de las cinco centrales nucleares (siete reactores) españolas. Araluce ha presentado los resultados nucleares de 2016 y perspectivas de futuro y ha puesto de relieve, también, que el nuclear es "un sector vivo" que exporta tecnología, bienes y servicios a más de 40 países, por valor de 280 millones en 2016. El debate central, no obstante, está en lo otro, el futuro, y ahí tampoco se ha andado por las ramas para dejar los puntos sobre las íes en todos los aspectos de ese debate, que contradice mucha de la demagogia política que se está destilando al respecto. Lo que está juego es propio sistema eléctrico español en el nuclear es "un sector estratégico". Se trata, por tanto, de que sea viable, como el resto de fuentes de energía, y no una ruina. La cosa encaja, no por capricho, ya me entienden, sino por necesidad. Con los datos de 2016, el 21,39% de la generación de la electricidad consumida fue de origen nuclear, pero ese porcentaje pesa aún más si tenemos en cuenta que el 35,18% de la energía sin emisiones contaminantes procede también de ahí, de los reactores nucleares. Y un tercer elemento, no menor: la nuclear cuenta con una capacidad de producción asegurara. Vamos, que no depende del viento o del sol, como sucede con las energías eólica o solar. En 2016, en concreto, no se cumplió en apenas un 0,5% del tiempo previsto de operación en las plantas nucleares y su disponibilidad ha sido del 90%, equivalente a 8.000 horas al año (frente a las 3.000 de la eólica o las 2.300 de la solar). Ningún reproche del Foro Nuclear a las energías renovables, al contrario: que también serán necesarias para cumplir con las exigencias de energía y clima, como ha explicado Araluce. Y desde ahí ha urgido a las partes a negociar: "Nos tenemos que sentar todos para que se llegue a un acuerdo para hacer viable la producción nuclear como parte del mix energético". El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha reducido en un año el plazo para pedir la renovación, que da más aire a Almaraz y Vandellós (los permisos vencían el 8 de junio y 26 de julio), pero del acuerdo entre las partes dependerá el alargamiento de la vida útil de las centrales. Si los propietarios no quieren, se acaba la polémica. Almaraz, por cierto, ha dicho, "goza de una excelente salud técnica". Rafael Esparza