En 2018, Indra ganó 119,8 millones de euros, un 6% menos que un año antes, y su consejo de administración cobró un total de 8,17 millones, esto es, un 6,8% del beneficio de la compañía. De ese porcentaje, la mayor parte correspondió a los consejeros ejecutivos. La remuneración de los no ejecutivos representó algo menos del 1% del beneficio, según Fernando Abril-Martorell.

Sea como fuere, los minoritarios de Indra se han quejado este lunes, durante la Junta General de Accionistas de la compañía, de las elevadas retribuciones de la cúpula. Que 16 consejeros cobren el 5,4% del beneficio “me parece un poco abusivo”, le ha recriminado uno de esos minoritarios. Pues en realidad es más, es el 6,8%. En cualquier caso, Abril-Martorell ha intentado rebajar la polémica y ha puntualizado que los consejeros no ejecutivos percibieron algo menos del 1% del beneficio de ese ejercicio. Conclusión: a los accionistas les parece excesiva esa retribución, máxime cuando la empresa lleva años sin dividendo. Pero tranquilos, porque, según el Plan Estratégico 2018-2020, será al final de este plan cuando se retome esa sana costumbre de repartir parte del beneficio entre todos los accionistas.

Los sindicatos no están contentos. Uno de los últimos puntos de fricción ha sido la marcha atrás de la dirección respecto a la jornada continua

Luego está lo de ITP. No es seguro que se cierre la operación, pero todo apunta que así será. Lo cierto es que es vital para que Abril-Martorell se mantenga en el cargo. Y, a la vista de cómo se está cerrando el cerco a la investidura de Pedro Sánchez, todo parece indicar que necesitará el apoyo del PNV, para alivio de Abril-Martorell. Es su baza para seguir como presidente de Indra y evitar el ‘sorpasso’ del socialista Miguel Sebastián, ratificado como consejero dominical en representación de la Sepi. En cualquier caso, a los accionistas no les ha gustado que se filtrara la noticia y se lo han afeado, a lo que el presidente ha respondido con unas sentidas disculpas. “La compañía no ha filtrado nada”, ha señalado. Por cierto, ha reconocido que fue Rolls-Royce la que les ‘obligó’ a lanzar el hecho relevante, por exigencia del regulador británico. ¿Dónde estaba la CNMV?

Para terminar, los sindicatos, siempre muy activos en las juntas de Indra. Uno de los últimos puntos de fricción ha sido la marcha atrás de la dirección respecto a la jornada continua, tal y como adelantó Hispanidad. Llegaron a un acuerdo antes del verano de 2018, pero a la vuelta de las vacaciones la empresa se negó a reconocerlo ante el profundo malestar de los sindicatos. Si no nos podemos fiar de la palabra dada en este punto, ¿por qué vamos a confiar en el resto de cuestiones? No, los sindicatos no están contentos.