Este miércoles, se ha celebrado la Junta de Accionistas de Airbus, tras haber contentado a España a medias al ascender a Alberto Gutiérrez a jefe de operaciones… al tiempo que todo apunta al cierre de la planta de Puerto Real (Cádiz), donde ya han empezado las protestas. Y a esto se une el hecho de que Amparo Moraleda, la representante española sin permiso del Gobierno en el gigante aeronáutico, ha sido renovada como consejera por otros tres años más.

Recuerden que esta ingeniera industrial, que en su trayectoria profesional ha pasado por Iberdrola e IBM, entró en el Consejo de Administración de Airbus el 27 de mayo de 2015, cuando pasó a ocupar la silla que dejaba Josep Piqué. En aquel momento, hasta tres ministros españoles (entonces miembros del Gobierno Rajoy) escribieron al gigante aeronáutico europeo para proponer a Belén Romana para cubrir dicha vacante, pero no les hicieron caso. Y es que no tenían motivos para hacerlo, porque los acuerdos firmados con el Ejecutivo español en 2012 daban derecho a tener un puesto en el Consejo de Administración de Airbus, pero no a nombrarlo. Actualmente, el Estado español posee el 4,2% de Airbus a través de la SEPI. 

España posee el 4,2% de Airbus a través de la SEPI. Los acuerdos firmados en 2012 dan derecho a tener un puesto en el Consejo de Administración de Airbus, pero no a nombrarlo

Moraleda fue reelegida por primera vez en 2018 y ahora acaba de serlo por una segunda. El presidente no ejecutivo de Airbus, René Obermann, ha destacado su apoyo “representando la diversidad”. La ingeniera española preside la Comisión de Retribuciones, Nombramientos y Gobierno Corporativo y es miembro de la Comisión de Ética, Cumplimiento y Sostenibilidad de Airbus, asimismo es consejera de la química Solvay, de Caixabank y de Vodafone.

En la Junta de Accionistas de Airbus celebrada en Ámsterdam también se ha reelegido como consejeros al propio Obermann, a Victor Chu y a Jean-Claude Clamadieu (presidente de Engie). Eso sí, Obermann ha dejado claro que la prioridad es proteger la liquidez, por lo que no se ha propuesto ningún dividendo relativo a 2020. Por su parte, el CEO, Guillaume Faury, ha insistido en que prevén el mismo número de entregas que el año pasado y obtener un Ebit de unos 2.000 millones de euros, así como recuperar el punto de equilibrio en el flujo de caja.

Y ojo, Rusia sigue probando con éxito un nuevo avión comercial (el MS-21-300, fabricado por Irkut), que ha funcionado bastante bien en las pruebas de condiciones de frío extremo, con el que aspira a competir con el Boeing 737 y con el Airbus 320.