El Papa Francisco visita Irak, del 5 al 8 de marzo próximos para fortalecer a los cristianos.

La comunidad cristiana en Irak en 2003 estaba estimada en 1,5 millones. Ahora, según los cálculos de líderes cristianos, no llega a los 300.000 (de un total de 40 millones de habitantes iraquíes), según ABC.

Por eso, el principal objetivo de Francisco es consolar a la pequeña comunidad cristiana de Irak después de la violencia extrema que ha sufrido en las últimas décadas y, sobre todo, durante los años de devastación -desde 2014-  perpetrada a manos del Estado Islámico (EI) en Mosul y la llanura de Nínive, donde se destruyeron iglesias y se quemaron cientos de casas de cristianos. La mayoría han huido, los que han podido a Canadá, EE.UU., Europa o Australia. Los que se han quedado lo han hecho porque no tenían recursos para escapar, explica La Vanguardia.

En ese contexto, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha anunciado una nueva campaña para apoyar la presencia cristiana en este país, especialmente en el norte y en el Kurdistán iraquí.

Y es que el futuro de las comunidades cristianas pasa en estos momentos por sostener a la juventud iraquí. Por eso ACN va a apoyar a 150 universitarios con becas para los próximos cuatro años en la Universidad Católica de Erbil (CUE), informa la propia ACN.

El Papa nos ha demostrado que estamos en su corazón, algo que nos hacen llegar también todos los cristianos del mundo

El sacerdote sirio católico P. Behnam Benoka, desde la ciudad Bartella en las llanuras de Nínive al norte de Irak, intervino en la rueda de prensa mostrando su agradecimiento al Papa. «Nos ha demostrado que estamos en su corazón, algo que nos hacen llegar también todos los cristianos del mundo». En su opinión, uno los aspectos más difíciles es: «la falta de paz y seguridad», así como «la falta de trabajo, sobre todo en este tiempo de pandemia, en el que muchas tiendas están cerradas» y «la persecución étnico religiosa».

Irak ha sido, es y será un país prioritario en la ayuda para la fundación pontificia que, en los últimos 10 años, ha sostenido proyectos con un valor de casi 50 millones de euros. Desde ayuda humanitaria de emergencia con paquetes de comida, medicinas, agua… hasta la formación de sacerdotes y religiosas. Según datos de enero de 2021, gracias a las ayudas, 9.176 familias cristianas han vuelto a sus hogares en las distintas localidades cristianas en el Valle de Nínive, lo que supone el 45,53% del total antes de la expulsión del Estado Islámico (Daesh).  

Y el Occidente cristiano se olvidó de ellos.