Hispanidad informó de que el ejército estadounidense atacó la semana pasada instalaciones en el nordeste de Siria utilizadas por milicias respaldadas por el régimen Irán, dejando al menos 17 muertos, en represalia por los recientes ataques con cohetes contra ubicaciones de tropas estadounidenses en Irak. “Esta ofensiva fue autorizada en respuesta a los recientes ataques contra el personal estadounidense y de la Coalición en Irak, y a las continuas amenazas a ese personal”, explicó el portavoz John Kirby.

Pues bien, después de esto, ayer miércoles la base aérea de Ain Al Asad, utilizada por las fuerzas militares de Estados Unidos, fue víctima de un nuevo ataque con diez cohetes. Decimos nuevo ataque porque esta base ya sufrió uno en enero de 2020 por parte de Irán en represalia por el asesinato de Qassam Soleimani, que había muerto en una ofensiva con drones dirigida por Estados Unidos.

Esta instalación militar se encuentra en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak, a unos 200 kilómetros de Bagdad y fue construida a principios de los años ochenta. Después de la invasión de EEUU en 2003, las tropas norteamericanas se hicieron con el control de la base y desde entonces se ha convertido en una de las mayores instalaciones militares en la región, equipada incluso con cines y piscinas, recoge La Razón.

"Las fuerzas de seguridad iraquíes están llevando a cabo la investigación", dijo en Twitter el coronel Wayne Marotto

"Las fuerzas de seguridad iraquíes están llevando a cabo la investigación", dijo en Twitter el coronel Wayne Marotto, portavoz estadounidense de la coalición internacional antiyihadista. Aunque Washington señala regularmente a las facciones armadas proiraníes como responsables de este tipo de ataques con cohetes, recoge Swissinfo.

Fuentes de los servicios de seguridad iraquíes explicaron el miércoles que los proyectiles se habían disparado desde un pueblo cercano a la base y según fuentes de seguridad occidentales eran cohetes de tipo 'Arash', de fabricación iraní y más potentes que los usados recientemente, añade Swissinfo.

Irán y Estados Unidos, enemigos acérrimos, están presentes directa o indirectamente en Irak. Estados Unidos lidera la coalición internacional antiyihadista que lucha contra el Estado Islámico (EI) y tiene en este momento 2.500 militares en el país, explica el mismo medio.

Irán cuenta con el apoyo del Hashd al-Shaabi, una poderosa coalición paramilitar integrada en el Estado iraquí y compuesta principalmente por facciones armadas financiadas y armadas por Irán.

Se da la circunstancia de que este ataque con cohetes se produce a escasos días de la visita a Irak del Papa Francisco, del 5 al 8 de marzo próximos.