La cuenta atrás para la Junta de Accionistas de Iberdrola comenzó el pasado 24 de febrero, cuando se hizo pública la convocatoria, y ya quedan tres semanas. Por ello, resulta interesante destacar que el presidente de la eléctrica, Ignacio Galán, ha puesto en marcha iniciativas para conjurar el peligro de ser imputado en el ‘caso Villarejo’ (concretamente en la pieza separada 17, que es la que atañe a Iberdrola). 

¿El motivo? Sencillo, porque el Reglamento del Consejo de Administración, en el artículo 21.3, señala varios casos en los que los consejeros deberán dimitir. Entre ellos, destaca el apartado b: “Cuando por hechos o conductas imputables al consejero se hubiere ocasionado un daño grave al patrimonio social o a la reputación de la Sociedad o surgiera riesgo de responsabilidad penal para la Sociedad o alguna de las sociedades del Grupo.

Galán encargó a PwC una investigación independiente sobre la relación con Cenyt (Villarejo) y estima que los hechos no son "jurídicamente relevantes" 

¿Cómo conjurar dicha hipótesis? En primer lugar, Galán encargó a la famosa consultora PriceWaterhouseCooper (PwC) un forensic que ha puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 6 -el cual dirige el juez Manuel García-Castellón-. Así lo recoge en una nota sobre las actuaciones relacionadas con Cenyt, la sociedad del excomisario José Manuel Villarejo, donde también se señala que “los hechos no pueden considerarse jurídicamente relevantes”, o sea, que Iberdrola no ha encontrado responsabilidad penal (algo que le corresponde al juez y que podría no ir en la misma línea, sobre todo, tras la nueva estrategia jurídica de la Fiscalía).

En la nota también se afirma que no se ha advertido deterioro en la reputación general, ni impacto negativo en la relación con sus profesionales, clientes, accionistas y proveedores, ni tampoco ha tenido reflejo negativo en el rendimiento económico. En esto, Iberdrola lleva razón, pues es evidente que la cotización no ha sufrido (de hecho, ha dado el sorpasso al Banco Santander hace casi mes y medio, y se mantiene como la segunda capitalizada del Ibex). Además, la Compañía obtuvo un beneficio récord en 2019, gracias a un máximo histórico también en inversiones.

La eléctrica presume de que no se ha deteriorado la reputación ni el rendimiento económico: la cotización va muy bien y ha dado el ‘sorpasso’ al Santander, además del beneficio récord de 2019 

En segundo lugar, Galán somete a la Junta General de Accionistas la modificación del artículo 8 de los Estatutos Sociales para “dar reconocimiento estatutario al Sistema de Cumplimiento y a la Unidad de Cumplimiento”. En concreto, añade los puntos 8 y 9, por los que la medición e instrumentación del Código Ético y del Sistema de gobierno corporativo será tarea de la Unidad de Cumplimiento, un órgano vinculado a la Comisión de Desarrollo Sostenible. En definitiva, la aplicación de la posible exigencia de dimision, si el juez García-Castellón decidiera imputar a Galán, queda a la interpretación de un órgano dependiente del Consejo, extraordinariamente manejable. La Junta no tendría ni por qué enterarse. Dicho de otra forma, hasta pudiera ocurrir que si el juez decide imputar a Ignacio Galán y a la empresa (recuerden que tras la reforma del Código Penal, las personas jurídicas, o sea, las empresas, también tienen responsabilidad penal), el presidente de Iberdrola no se viera obligado a dimitir.

Y así, Galán deja la aplicación de la norma que podría desbancarle de la Presidencia de la eléctrica en manos del Consejo, sobre todo, de su consejera más leal: Samantha Barber, quien, casualmente, preside la Comisión de Desarrollo Sostenible. Y por cierto, en la Junta se votará la reelección de esta como consejera independiente (lo que la permite presidir la Comisión de Desarrollo Sostenible, así como ser miembro de la Comisión Ejecutiva Delegada junto al propio Galán, Inés Macho -vicepresidenta de la eléctrica- y Manuel Moreu).

La consejera más leal de Galán es Samantha Barber y se votará su reelección, algo que no sucederá con Inés Macho, que no tendrá sustituto en la vicepresidencia de la eléctrica

Y en tercer lugar, Galán ha dado otra vuelta de tuerca: en principio, no habrá sustituto de Inés Macho, cuyo mandato como consejera externa acaba este año y no se someterá a reelección en la Junta que se celebrará el próximo 2 de abril. Es decir, no habrá nuevo vicepresidente en la eléctrica, mientras Galán se mantiene como presidente y CEO: esto recuerda la anécdota del fallecido Alfonso Escámez, pues cuando presidía el Banco Central Hispano decía que no nombraba a delfines porque se le morían.