Las fusiones bancarias vuelven a estar a la orden del día. Aunque las posibilidades se han reducido considerablemente, para el Banco Central Europeo (BCE) y para el Banco de España (BdE), Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell son multitud.

De todas las operaciones posibles, hay una de la que no se ha oído hablar hasta ahora pero que está cogiendo fuerza dentro del sector: la fusión entre el BBVA y Caixabank. No lo duden, la jubilación de Francisco González tiene mucho que ver. Con él al frente del BBVA, la operación era implanteable pero ahora, con Carlos Torres, la situación ha cambiado radicalmente. Y es que, según las mismas fuentes, el nuevo presidente del BBVA no tiene la misma fuerza ni el mismo carácter que su antecesor.

Solo habría una pega: la duplicidad de oficinas en Cataluña

La fusión sería la más importante de la historia y uniría lo mejor de ambas casas. Por el BBVA, su digitalización y, sobre todo, su expansión internacional, justo lo que no tiene Caixabank. La entidad que preside Jordi Gual, sin embargo, aportaría la red de banca doméstica, que algunos consideran la mejor de España. Expansión internacional más red nacional.

Vista así, la fusión BBVA-Caixabank tiene mucho sentido. Solo habría una pega: la duplicidad de oficinas en Cataluña, territorio originario de Caixabank y apuesta importante del BBVA tras las adquisiciones de Unnim y Catalunya Caixa. Nada que no se pueda solucionar, por otra parte, con la fórmula clásica: cierre de oficinas y ajuste de plantilla.