Si la primavera ha sido desastrosa, económicamente hablando, prepárense para el otoño, con posibles rebrotes de la pandemia. Y es que, según la OCDE, España será el país más perjudicado si el coronavirus vuelve por sus fueros después del verano. La caída del PIB podría llegar al 14,4% este año y el desempleo superaría el 20% y podría alcanzar el 22% en 2021. Asimismo, según el informe publicado este miércoles, el déficit público sería del 12,5% del PIB en 2020 (el mayor desde el 11,3% de 2009) y del 9% en 2021, con una deuda pública escalofriante, que en 2020 alcanzaría el 129,5% del PIB.

El problema de España, que comparte, aunque en menor medida, con otros países de la OCDE, se resume en la dependencia del exterior -del turismo- y en la precariedad laboral. En otras palabras, el organismo asegura, de manera indirecta, que hay demasiados contratos temporales y demasiados autónomos, que es lo que ocurre cuando los impuestos laborales son muy elevados y el mercado laboral excesivamente rígido. Y miren por dónde, es justo lo que persigue la ministra comunista, Yolanda Díaz, con la derogación "íntegra" de la reforma laboral del PP, pactada con Bildu.

Para salir de la crisis, el organismo pide a los Gobiernos que hagan un esfuerzo fiscal, que muchos interpretan como subida de impuestos, pero que en realidad quiere decir justo lo contrario: bajar los impuestos, como ha hecho Alemania, para reactivar la economía.