Mediodía del Miércoles el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pletórico, nos informa de que el Gobierno español ha comprado material sanitario (sobre todo mascarillas) a China por valor de 432 millones de euros. “Lo hemos comprado y pagado”, repetía el ministro, para dejar claro que era operación concluida y sin posible marcha atrás. Y tenía razón, porque el coronavirus -no piensen mal, ya lo hago yo- se ha convertido en el mejor negocio del régimen comunista de Pekín, casualmente el país donde nació el Covid-19. Ellos crearon el virus o, al menos, fueron ellos los que lo expandieron por el mundo, y ahora, en tres meses emergen como la gran potencia en fabricación de material sanitario (hasta ahora, no lo sabíamos) y decide a quién ayuda y a quién no, dependiendo del agradecimiento y la pleitesía que rinda a la tiranía oriental.

El ministro Illa vendía la operación como un éxito y aseguraba que ya estaba cerrada y que ya “hemos pagado”, sin darse cuenta, de que, de esta forma, daba pábulo a la sospecha universal sobre los orígenes del Covid-19.

El martes fue el peor día del coronavirus en España: 738, y ya suman 3.434

Más que nada porque si un bicho tiene forma de pato, cabeza de pato y anda como un pato, cabe la posibilidad d que sea un pato. Virus nacido en China, esparcido por el mundo desde China y con China preparada para satisfacer la carísima demanda urgente de material sanitario que se dispararía a continuación. Y esa ganancia con un coste menor en fallecidos que España (1.300 millones de habitantes frente a 47).

Los chinos exigen el pago por adelantado por un material de producción masiva que, casualmente, ellos ya tenían preparado y que, encima, están subastando por los cinco continentes. O sea, que hay que pagárselo caro y darles las gracias.

En el aspecto sanitario hay otras dos noticias. La primera que aunque el doctor Simón insiste en que estamos llegando al famoso pico, a partir del cual todo serán victorias contra el virus, lo cierto es que el martes fue el día más negro de todos desde que comenzó la crisis y pone en solfa la estrategia del Gobierno que todo lo fía al castrante confinamiento general. Así, el martes 24 fue el peor día del coronavirus: 738, y ya suman 3.434. Y ya van 10 días de arresto domiciliario.

Otra decisión folclórica de un juez: obliga a Díaz Ayuso a ofrecer a los médicos madrileños todo el material que necesitan en 24 horas

Por lo demás, otra decisión folclórica de una jueza madrileña. A respuesta de la demanda de una asociación profesional -se comprende, se están infectando todos también por falta de medias de protección- su Señoría decide darle 24 horas a la presidenta de la Comunidad de Madrid: obliga a Díaz Ayuso a ofrecer a los médicos madrileños todo el material que necesitan en 24 horas. Esto recuerda aquella solución contra la crisis económica, expresada en los círculos obreros: que se mueran los ricos y las mujeres de los pobres.

Porque es evidente que si Díaz Ayuso no consigue el material es porque no puede, no porque no quiera… Señoría. Afortunadamente, el Supremo ha sido más… normal y ha apremiado, que no amenazado, al Gobierno a que acelere la compra de material.