La jornada de la tarde-noche del miércoles 25, Día del Niño por nacer, resultó de lo más ilustrativa. Se aprobaba la prórroga del confinamiento -es decir, del arresto domiciliario al que se somete a los españoles- y la ristra de medidas económicas adjuntas. Por partes. De entrada, estamos ante el retrato de una España carcelaria. Ahí tienen al rojísimo Pablo Echenique, de Podemos, exigiendo a Sánchez que recorte, todavía más, las libertades de movimiento y de opinión en el país. Si hay algo que los comunistas no soportan es la crítica. Por eso, y apoyado en peregrinas teorías como la de los bulos, el gobierno frentepopulista de PSOE y Podemos pretende, con Iglesias como ariete, suprimir la libertad de prensa y controlar los medios y, sobre todo, Internet. El coronavirus es la excusa ideal nos cansaremos de repetirlo en Hispanidad, es la excusa ideal para acabar con toda discrepancia. Y encima, con el aplauso de un pueblo dominado por el pánico.

Las recetas económicas de Calviño caminan en dirección opuesta a la cordura: más sector publico y menos propiedad privada

El parlamento del portavoz de Podemos, Rodrigo Echenique en la noche del miércoles, en el Congreso, ofrece todas las pistas.

En teoría, el grueso de la sesión consistía en aprobar un paquete de medidas económicas contra el coronavirus pero -entre col y col, lechuga- se aprovechó para introducir al comunista Pablo Iglesias en el control de la inteligencia militar española, en el CNI, un servicio de espionaje tan acostumbrado a ser CIA como FBI, a espiar más en el interior que en el exterior.

En cuanto a las recetas económicas de Nadia Calviño, propiamente dichas, lo de siempre: caminan en dirección opuesta a la cordura. Se pueden resumir en esto: para salir de la crisis del Covid-19 lo que se necesita es más sector publico y menos propiedad privada. Hasta lo ha aprovechado para mantener insepulto ese cadáver que es la SAREB. No se reducen impuestos, se posponen, y se mantiene el gasto público, mientras se promete una renta básica alimentavagos y se anima a los arrendatarios a no pagar el alquiler. La izquierda es así: el inquilino es un ciudadano democrático, el casero es un explotador sinvergüenza al que hay que robar. La izquierda siempre es muy solidaria con el dinero de los demás.

ERC y la CUP mostraron la ideología subterránea del poder en España: prohibir los despidos o exigir al BCE que fabrique dinero y lo regale

Y el robo de la propiedad ajena no termina en el gobierno social-comunista. Ayer en la tribuna de oradores, ERC y la CUP mostraron la ideología subterránea del poder en España, una ideología que, si no fuera tenebrosa, resultaría cachondeable. Ejemplo, Rufián propuso que el Gobierno prohibiera los despidos. Es decir, que aunque el propietario esté quebrado por falta de ingresos, de ventas, de clientes, tiene que mantener a la plantilla y seguir pagándoles los sueldos. ¿No es genial?

Pero los chicos de la CUP fueron más allá y, si me lo permiten, de forma más lógica, ante una Calviño -con una expresión que era un poema- preguntándose de donde habían salido aquellos marcianos que su jefe, Pedro Sánchez, mima a cambio de sus votos o de sus abstenciones, para continuar en Moncloa. Ojo al dato: la representante de la CUP. Mireia Vehí ponía la solución final encima de la mesa: Que el Banco Central Europeo (BCE) fabrique más dinero pero, ojo, no para prestarlo, por una u otra vía, a los Estados, a al sistema bancario. No, no: dinero para regalar, al Estado naturalmente. ¿Comprenden? Que necesitas dinero para que el Estado te subvencione desde la cuna a la tumba: pues lo fabrica el BCE y a correr.

El coronavirus como excusa hacia el totalitarismo: en Moncloa ya piensan en más sanciones contra los insolidarios que pretenden salir a la calle, al tiempo que se alinean con China, el gulag emergente

Porque claro, hasta Rufián es capaz de percatarse de que de algún sitio tiene que salir el dinero para alimentar una sociedad de vagos (la pereza es poco creativa).

En resumen: Pedro Sánchez, utiliza el coronavirus, creación china, como excusa hacia el totalitarismo. En Moncloa ya piensan en más sanciones contra los insolidarios que quieran salir a la calle. Al tiempo, se alinean con China, el gulag emergente, a quien en Moncloa no dejan de alabar porque encima, son tan buenos, que ellos nos trajeron el virus gratis y ahora nos lo cobran a precio de oro, el material sanitario para combatirlo. Debemos estarles agradecidos, vaya que sí.