Mariano Rajoy, ha señalado, al anunciar que dejará la presidencia del partido cuando un congreso extraordinario elija a su sucesor, que "es lo mejor para mí y para el PP", partido al que ha servido "durante 37 años, desde concejal a presidente del Gobierno. No he solicitado ningún cargo ni por ninguno he peleado. He cumplido mi deber donde me lo han pedido. Es momento de poner punto y final. El PP debe seguir avanzando con otro líder."

"Propongo una Junta Directiva para convocar un congreso que abra una nueva etapa en nuestro partido con una nueva dirección. Cumpliré hasta que elijáis a la persona que me vaya a sustituir, y lo haré con prudencia, no plantearé cambios en el partido ni en los grupos parlamentarios porque eso le corresponde a quien me suceda en la presidencia, si quiere".

"He tenido el privilegio de ser vuestro presidente durante 14 años, los mejores de mi vida política". "Quiero daros las gracias por vuestro apoyo y ayuda... en todas las circunstancias, cuando festejábamos éxitos como en condiciones adversas".

"Seguiré con vosotros porque no me imagino mi vida fuera del PP... Yo pegaba carteles en el municipio pontevedrés de sanxenxo, a las diez de la noche, porque preparaba a la vez las oposiciones. No voy a dejar el carné"

"Me pondré a la orden de quien elijáis y con la lealtad de mi conciencia y que mis 40 años aquí me exigen. Muchas gracias".

Además, Rajoy ha interpretado ante los principales dirigentes de su partido que la victoria de la moción de censura que ha llevado a Moncloa a Pedro Sánchez siente un "precedente" grave en la democracia española porque el líder socialista "nunca" ha ganado unas elecciones, y que constituye "un ejemplo insuperable de postverdad”, porque entiende que ni el PP fue condenado penalmente por el caso Gürtel, cuya sentencia motivó la moción de censura, ni el Gobierno del PP tenía relación con el caso, ni fue juzgado como acusado o eludió sus responsabilidades políticas.

La posible inestabilidad es una responsabilidad que se reparte “entre todos” los que han apoyado a Sánchez o quien a su “ambición atropellada no ha dejado de darle excusas para sus propósitos”.

"Tenemos que defender nuestra gestión de la tarea de demolición que se nos ha anunciado. Va a tener este Gobierno una oposición curtida en frente que es la del PP".

"Tenemos que defender nuestra obra, evitar que vuelvan a dejar España en caída libre. Nos exigirá esfuerzo y trabajo, pero no más que rescatar a España de la amenaza de ruptura y la crisis económica". "Tenemos resortes para recuperar el Gobierno lo antes que podamos".

"No nos han censurado los ciudadanos, esa es nuestra tranquilidad y nuestra fuerza", ha entendido el presidente del PP, que responsabiliza de su expulsión de Moncloa a "alianzas" de sus adversarios políticos, "jaleados por el populismo que ha infectado algún otro sector de la sociedad española que no es la política".

Rajoy ha criticado que "se ha sentado un precedente grave en la democracia española" al alcanzar la Presidencia del Gobierno "alguien que no ha ganado las elecciones nunca". "Ese comportamiento jamás había llegado al Gobierno de la nación, y para eso ha tenido que hacerse acompañar por los grupos más extremos del populismo radical y del independentismo más sectario", ha señalado.

El Gobierno “nace con una debilidad extrema”. “Podemos aventurar más inestabilidad, más bloqueo político del que hubo y mayores problemas para la gobernabilidad del país”, una responsabilidad que se reparte “entre todos” los que han apoyado a Sánchez o quien a su “ambición atropellada no ha dejado de darle excusas para sus propósitos”.

“Se ha derribado a un Gobierno y se ha elegido un nuevo presidente, pero nadie se ha comprometido con la estabilidad política”, “ninguno ha pensado en el interés general, sino en sus propios intereses particulares o en sus propios miedos”.

“Resulta inquietante la fragilidad del nuevo gobierno cuando la situación en Cataluña y sus calles dista mucho de estar calmada”.

“Sánchez no renunció nunca a su idea del Gobierno Frankenstein” desde que se presentó a la investidura en 2016, aunque “entonces su partido se lo impidió”.