El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, inicia este lunes su nuevo mandato en el que tendrá plenos poderes ejecutivos, pues ya no hay primer ministro. Pero hay poco nuevo porque ya antes ejercía la tiranía legitimado por las urnas. De hecho, lo celebra con una nueva purga de 18.632 funcionarios, sobre todo, policías y militares.

En concreto, afectará a 9.000 policías y 6.000 militares, pero también a unos 1.000 empleados del Ministerio de Justicia y unos 650 profesiones. Asimismo, 12 asociaciones, tres diarios y un canal de televisión han sido clausurados. ¿El motivo? Por supuestos vínculos con “organizaciones que amenazan la seguridad del Estado”, entre ellas, las que simpatizan con el predicador exiliado Fethullah Gülen. No es la primera purga que ordena Erdogan, aunque sí puede ser la última porque era una promesa electoral, veremos si la cumple.

Este lunes, Erdogan toma posesión tras vencer en las presidenciales de junio y pone fin al estado de emergencia decretado en julio de 2016 tras el fallido golpe de Estado. Desde entonces, las purgas han afectado a más de 160.000 personas, entre detenciones y expulsiones de sus puestos de trabajo por supuesta pertenencia a la red de Gülen, a quien se acusa de haber instigado el fallido golpe de Estado.