Enel ha presentado este martes en Milán su plan estratégico para los dos próximos años (2019-2021), con un aumento de las inversiones del 12%, a 27.500 millones, manteniendo el dividendo en el 70% del beneficio, que sitúa en 5.600 millones en 2021 (11%). No se ha olvidado de Endesa, por tanto, la filial española que le aporta por esa misma vía, el dividendo, 1.463 millones por su 70,1%, y una previsión de inversiones de 5.500 millones.

Sorprendentemente, el consejero delegado de la italiana, Francesco Starace (a la izquierda, en la imagen), ha dicho ahora que el mercado español es “prometedor” para rentabilizar las inversiones. Tiene su guasa, básicamente, por el vaciamiento al que ha sometido Endesa durante años, privándole de muslo, en el exterior (Hispanoamérica) y dentro, y a la que exprime ahora sin piedad.

La apuesta ahora son las energías renovables y el desarrollo de los 900 MW de las subastas

La apuesta ahora, para Enel y Endesa, son las energías renovables, sobre las que sopla el viento a favor del Gobierno y los planes del Ministerio de Transición Ecológica. Mientras, el presidente de las española, Borja Prado (a la derecha, en la imagen), ha conseguido ya enlazar con Pedro Sánchez, neutralizando el acercamiento de Teresa Ribera a José Bogas, para mantener en el cargo.

Endesa desarrolla en la actualidad los 900 MW que se ha adjudicado en las últimas subastas. El cálculo de inversiones para ese segmento es de 1.700 millones. El resto, aparte del plan de electrolineras, es como hasta; o sea, las inversiones necesarias en el desarrollo de las redes eléctricas, que tiene una previsión teórica, que va a menos, generalmente.