A la vista de los resultados presentados por Endesa y de algunas cuestiones planteadas en la rueda de prensa de este martes, ha vuelto a quedar patente el caos de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Y es que el CEO de Endesa, José Bogas, duda de que se puedan cerrar las centrales nucleares de Ascó y Vandellós (ubicadas en Tarragona).

El ejecutivo no descarta alargar su vida útil más allá de 2035, por lo que Cataluña seguiría siendo la región más nuclear de España. “La hipótesis básica es cerrarlas”, pero Bogas ha insistido que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es “indicativo” y que “si se cumplen todas las previsiones del plan las centrales se cerrarán en las fechas previstas”.

Eso sí, el CEO de Endesa ha recordado que el PNIEC recoge que la producción con carbón se mantuviera entre 2025 y 2030, algo que no pasará, dejando un hueco en la producción de unos 1.300 megavatios (MW). En su opinión, “de aquí a 15 años pueden ocurrir muchas cosas” y “lo importante es cumplir con los objetivos” del PNIEC: reducir las emisiones y avances en las sostenibilidad energética.

La energética mantiene la amortización de las centrales de Ascó y Vandellós a 50 años, y se ajustará la amortización cuando se pidan renovaciones inferiores a diez años

La energética mantiene la amortización de las centrales de Ascó y Vandellós a 50 años, pese a que su cierre -incluido en (PNIEC)- preveía unos 40 años. Se trata de tres reactores (Ascó I, Ascó II y Vandellós II), de los que es su principal propietario (posee un 100%, un 85% y un 72%, respectivamente). Es cierto que mantenía los 50 años para todas sus plantas, pero en los resultados de 2019 ha tenido que hacer un ajuste contable relacionado con la de Almaraz (Cáceres) -de la que controla un 36%, Iberdrola tiene un 53% y Naturgy, un 11%-, porque se renovaron los permisos de explotación por 7,4 años para el grupo I y por 8,2 años para el II: esto ha supuesto un impacto para Endesa de 10 millones.

Excepto en Almaraz, la previsión es que se ajuste la amortización en el resto de las centrales cuando se pidan renovaciones inferiores a la estándar (que es por diez años), pues entienden que así “habrá menos perjuicio en los beneficios”, según Bogas. El director financiero de Endesa, Luca Passa, ha estimado que el impacto de dichas amortizaciones sería de unos 40 millones.

Ante el brote del coronavirus, se activa un plan: se han suspendido los viajes entre Italia y España, y viceversa

Respecto a otras cuestiones, Bogas ha subrayado que quieren “liderar la transición ecológica con sentido estratégico y creando valor para nuestros accionistas”. Entre ellos, destaca, la italiana Enel, dueña del 70%. Por cierto, dado el brote del coronavirus en el país transalpino, se ha activado un plan: se han suspendido los viajes entre Italia y España, y viceversa. “Por prudencia”, ha subrayado Bogas.

Paralelamente, la tarifa del empleado también ha aparecido en las preguntas, pero el CEO se ha limitado a destacar que han firmado el convenio con el sindicato mayoritario y ha agradecido “el ejercicio de responsabilidad que ha tenido UGT”, esperando que acaben pronto “los movimientos raros de enfrentamiento” sindical que hay ahora “por razones electoralistas”. Pero conviene destacar que ya ha habido deserciones en UGT y que al tiempo que los beneficios sociales han bajado, tanto el dividendo como las remuneraciones del Consejo han subido y lo harán también en 2020.

En 2019, Borja Prado (que dejó la presidencia el 12 de abril) recibió 14,789 millones entre sueldo e indemnización; Bogas, 2,6 millones

En concreto, en 2019, Endesa destinó 19,273 millones a remunerar a sus consejeros (ver documento adjunto). La principal razón está en la partida del expresidente, Borja Prado, que recibió 14,789 millones entre sueldo e indemnización, cifra que supera la conocida hasta ahora. Por su parte, Bogas ha cobrado 2,6 millones (+5,6%). De cara a la próxima Junta, se votará una nueva política de retribuciones para el periodo 2020-2022, que incluirá pasar de tres a cuatro millones la retribución máxima que pueden recibir los administradores, un aumento del 33% que responde al número de consejeros, según la compañía. Bogas sería uno de los beneficiados: se fija una indemnización de 6,527 millones en caso de cese y su sueldo fijo subirá en 220.000 euros anuales, llegando a 960.000 euros, y también el target de su retribución a corto plazo, que pasará de 450.000 euros a 567.000.