Después de la tempestad llega la calma. Es el deseo cuando no ha llegado y motivo de celebración cuando ha pasado. En el caso de Duro Felguera, esa tormenta no ha pasado todavía aunque ojalá pase y sea también motivo de celebración. La Junta de Accionistas del viernes dio el único paso posible, con un apoyo casi unánime (98,5%), a la ampliación de capital de 125,7 millones, de la que depende el resto, con la entrada de nuevos inversores. Duro Felguera, en suma, comienza la cuenta a atrás.

Ese respaldo era un trámite necesario, del mismo modo que la presentación del plan estratégico en Madrid, dos días antes, había sido una puesta en escena de Acacio Rodríguez. Al fin y al cabo, el presidente no se anduvo por las ramas -no era el momento- para resumir el estado de la cuestión: “Sólo tenemos la vía de la ampliación”.

A la Junta, cuyos resultados ha trasladado Duro a la CNMV (documento adjunto), sigue lo demás. Los bancos acreedores han puesto una fecha, el 30 de junio, con una quita benévola del 75% y favorecer así la entrada de nuevo inversor que suscriba la ampliación, pero de momento, no lo hay, salvo en acuerdos de intenciones. La bolsa ha dejado de ser un referente para el valor, diezmado y al que sacuden por abajo o por arriba. Este lunes, cae entre un un 5% y un 3%, para volver al mismo nivel de hace unos días, tras repuntar en igual proporción.

La única vía posible para evitar el concurso de acreedores es la ampliación de capital si hay socio. Atentos al día 29

En la misma estela está el interés mostrado, según Rodríguez, por el grupo catarí Arabian Constrution Engineering Company (Acec), otro de los nombres que han emergido entre otros tantos que finalmente no se sentaron ni a hablar. Fidentiis, mientras ha seguido con la labor encomendada, en busca de candidatos, pero sin éxito: no los ha encontrado. También se juega su prestigio -lo sabe- en ese cometido, por el que no cobra poco, precisamente.

Es en fin, el recorrido pendiente en la cuenta atrás de Duro Felguera, que empieza el día 29, a la espera del inversor que suscriba la emisión de las nuevas acciones, para no entrar en concurso de acreedores. De lo único que está pendiente la banca, que no se fía del mayor accionista, los Álvarez Arrojo (24,3%, que quedará en un 4% si hay ampliación), que dieron su brazo a torcer en la Junta, y menos todavía de los mexicanos de Petroza, que ya han desistido.

De lo contrario, activaría la cláusula suspensiva de todo lo demás, como se recoge en el pacto de reestructuración, como el plan de refinanciación de la deuda y demás.