La clave está en la comisaría de Información. El comisario general de información cesado, Germán Castiñeira es un buen profesional. Llevaba muchos años en Información y dirigió la brigada provincial de información de Madrid donde se especializó en radicalismos varios, fueran antisistema, yihadistas, etc.

Políticamente no era, ni de lejos, una persona afín al Partido Popular, pero se comportó como un profesional leal y eficaz. Es más, ideológicamente es un hombre de izquierdas, pero se entendió bien con la cúpula de Interior durante el periodo de Jorge Fernández, así como con Cristina Cifuentes cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid.

Al final, tras pasar por el cargo de jefe superior de policía de Madrid, Castiñeira fue nombrado comisario general de Información. Ahora, García-Marlaska ha decidido su cese cuando le quedaban tres años para jubilarse.

Y es que el ministro, que no ha tragado que su compañera de Gabinete, Dolores Delgado, le tildara de “maricón”, ya ha comentado que está dispuesto a renovar toda la cúpula policial. Cualquiera que haya estado con el equipo anterior -los del PP- es sospechoso y aparcado en el Consejo asesor, cementerio de elefantes al uso.

Castiñeira por Pereiro, miembro del ‘Comando Rubalcaba’

El sustituto de Castiñeira es el comisario Eugenio Pereiro, hasta ahora comisario general de extranjería. Las fuentes consultadas por Hispanidad aseguran que es un buen policía pero que, ni de lejos tiene la experiencia de Castiñeira, especialista en los delitos más preocupantes, que siguen siendo los de tipo terrorista, sector islámico, y los de ciberdelincuencia.

Pereiro, que también tiene un máster por la Rey Juan Carlos (ya son ganas), es un comisario muy cercano al PSOE y, en concreto, miembro del llamado ‘Comando Rubalcaba’. Sin embargo, es un gran profesional. Eso sí, fue director del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista y subdirector general de Cooperación Policial Internacional del ministerio, en la etapa Rubalcaba. Suena bien, pero es una labor muy ‘interpolera’, más informativa que ejecutiva.

Y lo de la Rey Juan Carlos tampoco es como para olvidar. Su título académico de grado fue concedido por la Universidad Rey Juan Carlos y es uno de los que están siendo investigados porque existe la sospecha de que se concedieron alegremente grados a comisarios de policía para que pudieran acceder a los puestos altos del escalafón. Y ahora, la reputación corporativa de la Rey Juan Carlos afecta a todos estamentos del Estado.

Estos nombramientos y todos los realizados por Marlaska se ven marcados por el sectarismo del ministro. Pedro Sánchez quiere unas fuerzas de seguridad hechas a su imagen y semejanza; una Policía a su imagen y semejanza… y en el PSOE están dispuestos a hacer purgas… todas las que sean necesarias.