Empecemos por el principio: en el propio El Corte Inglés reconocen que Marta Álvarez Guil no será presidenta ejecutiva, sino lo que en el mundo anglosajón se entiende como ‘chairman’. De hecho, Jesús Nuño de la Rosa fue presidente ejecutivo porque al cargo de presidente unía el de CEO.

En el caso, Amancio Ortega, que ni tan siquiera ha entrado a negociar, exige el control total y la paz corporativa

Si las cosas estuvieran en calma no pasaría nada, pero no lo están. Por eso, el carácter no ejecutivo de la Presidencia, es de una importancia singular.

Por si acaso, tanto ‘el moro’ como los Areces negocian con Dimas Gimeno un frente común frente a las hermanas Marta y Cristina

La batalla no ha concluido. Ejemplo: Dimas Gimeno busca compradores para los grandes almacenes… y el Santander le apoya. Es cierto que el banco que figura como árbitro es BNP-Paribas pero no se engañen, el banco que influye en El Corte Inglés es el Santander.

Ahora bien, un comprador exigiría como es lógico, comprar una participación de control, además de la paz corporativa. Pero por ese orden. Si el tocado Amancio Ortega (Inditex) acepta entrar, será con esas condiciones ineludibles.

En paralelo, los grandes almacenes presentan a Marta Álvarez como la continuadora de la labor de Isidoro

Por si acaso, tanto ‘el moro’, el jeque catarí Al Thani (10% del capital) como los Areces (9,5%) negocian con Dimas Gimeno un frente común frente a las hermanas Marta y Cristina.

En paralelo, los grandes almacenes presentan a Marta Álvarez como la continuadora de la labor de Isidoro

Mientras, Florencio Lasaga mantiene el control en el Patronato, que continúa siendo el eje de la cuestión

Mientras, Florencio Lasaga mantiene el control en el Patronato, que continúa siendo el eje de la cuestión. Porque la Fundación Ramón Areces posee el 38% de El Corte Inglés (ECI) y resulta que las hermanas Marta y Cristina sólo superarían el 51% en el caso de que se sumaran todo IASA (22%), (que ya suman) y el 38% de Fundación Ramón Areces que, a día de hoy, sólo suman por consenso con Florencio Lasaga. Un personaje susceptible de ser presionado tanto por un comprador solvente como por el Santander y Moncloa.

En el entretanto, continua el plan de saneamiento financiero y de venta de activos para reducir deuda y mejorar los márgenes. Así, a los dos centros andaluces de Sevilla y Cádiz se añade ahora la enajenación del centro de ECI en Barcelona (Francesc Macià) que se ha vendido por 150 millones de euros, con la misma fórmula andaluza: en principio se quedan en arriendo y más tarde los trabajadores se recolocan en otros centros y se abandona la actividad. 

No, la batalla aún no ha terminado, sin olvidar que la causa de la adopción va a ser recurrida.