EDP ha subido más de un 3% en bolsa después de los relevos que se han producido en su cúpula y en la de su filial renovable (EDP Renováveis). No se trata de unos cambios sin más, sino que han venido provocados por la Justicia lusa, que ha dictado la suspensión de António Mexia, CEO de EDP, y de João Manso Neto, CEO de EDPR, implicados en presuntos casos de corrupción. Les han sustituido de forma interina Miguel Stillwell, director financiero de EDP, y Rui Teixeira, CEO de EDP España, respectivamente.

La Justicia lusa ha impuesto también una fianza de 1 millón de euros para Mexia y para Manso, así como medio millón para João Conceição, administrador de Redes Energéticas Nacionais (REN), que sí puede seguir ejerciendo su cargo. Unas cifras que son algo inferiores a las reclamadas por el Ministerio Fiscal (3 millones). Asimismo, el juez les ha retirado el pasaporte a Mexia y Manso, les ha prohibido el acceso a edificios de la compañía y el contacto con cualquier implicado en el caso que investigaba desde 2012. En concreto, se trata de posibles delitos de corrupción tras implementar los costes para mantenimiento del equilibrio contractual (CMEC), una compensación a la cesión anticipada de los contratos de adquisición de energía. El pasado 6 de junio, la Fiscalía lusa explicaba que había decidido imputar a Mexia y Manso como coautores en cuatro delitos de corrupción activa y un delito de participación económica en negocio.

La energética lusa, controlada por los chinos de Tres Gargantas -China Three Gorges (CTG), que son dueños del 21,47% del capital, ha recuperado lo perdido en bolsa el pasado lunes (-2,4%) al conocerse la supuesta corrupción de los dos direcivos citados, antes de que se suspendiera su cotización. A media hora del cierre de este martes, las acción de EDP tenían un alza del 3,5%.