Las acciones de DIA se aproximan a cero, pues caen un 1,6% tras los malos resultados de los nueve primeros meses. Y es que la cadena de supermercados no levanta cabeza: ha presentado más pérdidas (504,3 millones de euros), mayor deuda financiera neta (1.854,5 millones) y menores ventas (5.082,9 millones, un 7,4% inferiores).  

La cotización de DIA se ha depreciado un 97% desde que el magnate ruso Mikhail Fridman -ahora investigado por la Audiencia Nacional- entró en su accionariado el 28 de julio de 2017: ha pasado de 6 euros a 0,177. Desde el pasado 21 de mayo, el magnate ruso es quien controla el 69,76% del capital a través de la sociedad LetterOne, tras lanzar una OPA a 0,67 euros por acción: ahora la cotización está un 73,6% por debajo del precio de dicha OPA. Y parece que Fridman prolongará la agonía de DIA, pues mantendrá el control de casi el 70% al suscribir el primer tramo en la ampliación de capital de 605,5 millones, la cual no sacará de apuros a la compañía.

La cotización es un 73,6% inferior al precio de la OPA (0,67 euros) que le permitió a Fridman hacerse con el control de casi el 70% del capital por poco dinero

DIA ha registrado unas pérdidas netas de 504,3 millones entre enero y septiembre, once veces superiores a las de hace un año, cuando fueron de 45,8 millones, y también superando las del primer semestre (-418,7 millones). Entre los motivos están: el fuerte impacto negativo del descenso de las ventas y los efectos excepcionales de las medidas para la transformación (despido colectivo en España, recortes de plantilla en Brasil, cierre de 757 tiendas deficitarias y traspaso de 309 tiendas franquiciadas a propias).

Las ventas netas han descendido un 7,4%, hasta los 5.082,9 millones, sobre todo, por los altos niveles de falta de stock y por el efecto negativo de divisa (depreciación del 42% en el peso argentino y del 2% en el real brasileño). Por su parte, el Ebitda ha pasado de 186,3 millones a 95,2 (-48,2%).

Las ventas netas caen un 7,4%, hasta los 5.082,9 millones, por los altos niveles de falta de stock y el efecto negativo de divisa 

Por último, la deuda neta total ha cerrado septiembre en 2.556,7 millones: de estos, 707,2 millones vienen de aplicar la nueva norma contable NIIF 16, y 492,3 millones de los préstamos con participación en beneficios recibidos de Letterone (estos pasarán a ser fondos propios cuando acabe la ampliación de capital). En concreto, la deuda financiera neta ha sido de 1.854,5 millones, 398,3 millones más que a finales de 2018 por el deterioro del capital circulante (-65,7 millones), el menor resultado operativo y la menor financiación comercial disponible.