Parece que DIA, por fin, avanza en la buena dirección, pues las pérdidas se han reducido un 51,3% en los nueve primeros meses y las ventas netas han mejorado un 2,2% con 424 tiendas menos. Una nueva muestra de que la estrategia de transformación de Mikhail Fridman (dueño del 74,82%), que pilota el presidente ejecutivo, Stephan DuCharme, funciona, aunque aún hay tarea para volver a números negros.

La cadena de supermercados ha tenido unas pérdidas de 245,9 millones hasta septiembre, lejos de las de 504,3 millones de hace un año. El Ebitda ha sido de 258 millones (+171%) por los menores costes de reestructuración y la disciplina de costes, aunque en términos ajustados se ha situado en 91,2 millones frente a los -39,7 millones de hace un año.

En España las ventas crecen un 7,6%, por encima de Portugal (+5,6%), Brasil (-16,9%) y Argentina (-0,7%)

Las ventas netas han subido un 2,2%, a 5.149,5 millones, como adelantó a mediados de octubre, a pesar de efectos monetarios adversos (cuyo impacto ha sido de 90,1 millones por la depreciación del peso argentino del 34,6% y del real brasileño del 22,9%). Los analistas del Banco Sabadell han destacado la evolución de España, que supone el 66% de las ventas, donde crecieron un 7,6% entre enero y septiembre, hasta 3.365,6 millones, más que en Portugal (+5,6%), Brasil (-16,9%) y Argentina (-0,7%). Y todo ello, con 6.207 tiendas, 419 menos que hace un año: se han cerrado 424, otras 105 han dejado de ser franquicias para convertirse en tiendas propias y se han abierto 5.

Por su parte, la deuda neta ha bajado a 1.850,3 millones, 177,3 millones menos que hace un año. Asimismo, al restar el efecto de los arrendamientos de la NIIF 16 (600,2 millones), la deuda financiera neta se ha quedado en 1.250,1 millones, 72,1 millones inferior, por las menores inversiones y la mejora del capital circulante, según han subrayado los analistas del Banco Sabadell. Además, no se puede olvidar que hace unos días se ha conocido que Fridman estaría dispuesto a capitalizar 200 millones de deuda... para que la banca amplíe el plazo de un crédito a proveedores.