Consejo de Ministros del martes 9 de junio. Nuevo invento podemita, colgado del anteproyecto de ley de protección de la infancia (Iglesias es un filántropo) a la que ya hemos dedicado alguna atención en Hispanidad. Atención: la aporofobia será delito en España. Es un neologismo que identifica (mal, como todos aquello que tienen desinencia en “fobia”) el odio o, atención, el miedo, a los pobres e impecunes.

Es decir, otra vez convertimos el pecado en delito pero con una variante: como ocurre con los delitos de odio, es el acusado quien debe demostrar su inocencia. Y lo que oculta Pablo Iglesias es el pequeño detalle que al incorporar a la aporofobia a la lista de delitos de odio tendrá el mismo castigo que estos. Según el artículo 510 del Código Penal, te pueden caer hasta 4 años de cárcel por odiar.

Otra medida ‘histórica’ de Pablo Iglesias: con la excusa de la pederastia pervierte a la infancia con la ideología de género

Y naturalmente será el poder judicial quien decida si odias a los pobres, previa acusación de cualquier lobby, o de alguien a quien no le caes bien, a la Fiscalía. La broma te puede salir por los cuatro años de cárcel.

En cuanto al conjunto de la ley, otra medida ‘histórica’, es decir, histérica, de Pablo Iglesias. Con la excusa de luchar contra la pederastia, la ley se destinará a pervertir a los menores desde su más tierna infancia con la ideología de género. Se les va a lavar el cerebro a los niños para que no caigan en machismo, homofobia, transfobia, etc, etc, etc. Y si discrepas con cualquiera de esas variantes… ere un odiador que debe ser castigado con penas de prisión.

La España de los soplones y de los cobardes: se va a exigir denunciar todo maltrato a los niños, no sólo de abusos sexuales. Naturalmente, desde el anonimato

Además, se intensifica la España de los soplones que consagrara el Estado de Alarma y esta vez en forma de delación obligatoria: se exigirá a todo ciudadano que denuncie cualquier maltrato a los niños… no sólo de abusos sexuales –eso está claro- sino sobre cualquier otra cuestión que el denunciante considere como abuso a un menor. Por supuesto, amparado en el anonimato. Es decir, Iglesias fomenta una España de chivatos y de cobardes. Todo muy bolivariano.

Pero hay más. Se establece la censura por Internet y en la publicidad. Es decir que, si discrepas del feminismo, el homosexualismo o, sencillamente, de la política fiscal podemita… estás provocando odio a la infancia y puedes ser perseguido, juzgado, condenado y encarcelado.

Gases de efecto invernadero o lo que significa la revolución verde: menos industria, menos empleo, mas dependencia del exterior, más carestía

A todo esto, si por algo sufren los menores es por el divorcio de sus padres… que es lo que aplauden Pablo Iglesias y sus chicos como elemento de lo más progresista.

Y toda esta ley en presunta defensa de la infancia tiene una razón: la izquierda ha hecho el ridículo en Palma de Mallorca, donde ni se enteró de que sus menores protegidos eran obligados a prostituirse.

Es lo que suele hacer la progresía: cuando fracasa en algo le echa la culpa la adversario y hace una ley reparadora. Eso sí, como ha perpetrado hoy martes Pablo Iglesias, te pide perdón por no haber hecho la ley antes. O sea, que la culpa la tuvieron los gobiernos anteriores a que el gran hombre llegara.

Illa: la desescalada es más rápida porque el confinamiento fue más duro, justo lo contrario de lo que dicen las cifras

Nueva norma sobre gases de efecto invernadero, esa brillantez ecológica que, en lugar de descarbonizar, lo que ha hecho es crear el mercado de la contaminación y subir los precios de todos los productos.

Se nos vende como una muestra más de la revolución verde de doña Teresa Ribera. Si bucean un poco descubrirán que la revolución verde, la economía circular y otros impresionantes conceptos eco-panteístas, se pueden resumir así: menos industria, mas dependencia del exterior, más carestía. De hecho, la ministra portavoz, Marisú Montero, nos vende que la descarbonización de España es superior a la de Europa en 10 puntos. Esto es, que caminamos más deprisa que nuestros colegas hacia el cumplimiento de los muy verdes objetivos de París para el Cambio climático. Pero esto significa que España se desindustrializa más y se adhiere al paro permanentemente elevado.

El tercer compareciente es el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Un mensaje novedosísimo: la desescalada es más rápida porque el confinamiento fue más duro. Justo lo contrario de lo que dicen las cifras. Con un confinamiento más drástico hemos cosechado más contagiados y más fallecidos por habitante que cualquier país de nuestro entorno. Y continuamos siéndolo.

El nuevo decreto de la nueva normalidad: que te pagues las mascarillas, que serán obligatorias… y bajo pena de multa

Se me olvidaba. A todo esto, el motivo principal de este Consejo de Ministros ha consistido en un nuevo decreto para la nueva normalidad (NN), un nombre que siempre me ha dado un poco de miedo.

Yo me conformaría con la antigua normalidad, o mejor, con la antigua realidad. Pero, para entendernos, lo que significa este decreto es que te obligan a ponerte mascarilla y a que te la pagues tú. Es una medida sanitaria pero no lo cubre la sanidad pública de Iglesias e Illa.

Por cierto, la vieja máxima comunista de defenderse atacando, y repitiendo, la ha empleado hoy don Pablo con la referencia al consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid,  Alberto Reyero, a quien ha citado cuatro veces.

Reyero, como buena termita ciudadana, ha denunciado a sus propios socios de Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid a costa de las residencias de ancianos… siendo que, según el estado de alarma, el mando único en Asuntos Sociales para todo el país es el propio Pablo Iglesias y que de las residencias ha hablado poco o nada… hasta que ha podido emplearlo para empalar al adversario político.

Y la guinda: según Iglesias, la culpa de todo la tiene la privatización de los geriátricos. Pero, campeón que los geriátricos no se han privatizado jamás. Nacieron públicos o privados. Y así siguen.

Mientras, Marisú Montero a lo suyo: “debemos aprovechar la pandemia”, dice que dijo Pablo Casado, contra el Gobierno legítimo. Marisú, prenda: ¿cuándo dijo eso el tal Pablo Casado?