Según informa El Mundo, la agresión sexual cometida presuntamente por al menos media docena de jóvenes en un piso del barrio de Corea (Palma de Mallorca) durante la madrugada de Nochebuena podría ser solo la punta de un iceberg en el que se entremezclarían drogas, dinero y prostitución. Un turbio asunto que tendría a docenas de jóvenes - chicos y chicas- como víctimas de la depravación de adultos, y a los centros de menores de la isla, tanto el de Es Pinaret como otros gestionados por el Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), como negligentes responsables.

Según fuentes conocedoras de la investigación, hechos como el que se trata ahora de esclarecer no son aislados. Otros casos similares se habrían denunciado por parte de trabajadores de esos centros tras detectar fugas de los internos. Huidas que, en numerosas ocasiones, terminan en episodios como el descrito por la niña de tan solo 13 años en su denuncia ante la Policía Nacional, añade El Mundo.

Varios de los denunciados por la joven y la propia víctima residen en diversos centros de menores tutelados de la isla. De uno de ellos se fugó la chica el 24 de diciembre, y de ellos se escapan también, al igual que ella, otros chicos que entran, a partir de entonces, en una peligrosa espiral de sexo y drogas, sin control parental alguno y, lógicamente, sin la madurez necesaria para hacer frente a las tentaciones que se les sirven en bandeja, explica este mismo medio.

Algunos letrados que trabajan habitualmente en este tipo de casos alertan de este fenómeno y ponen el acento en la «pésima gestión» que, a su parecer, existe en los centros de acogida. Errores de bulto, señalan, que acaban provocando situaciones como la que fue juzgada hace apenas un par de meses, cuando una transexual mantuvo relaciones con dos de estos menores en el cuarto de baño de un bar de la Plaza de las Columnas, a cambio de 20 euros, explica la información de El Mundo.