La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) ha puesto negro sobre blanco: ningún país de la Unión Europea -ni la UE tampoco, evidentemente- debe discriminar a aquellas personas que no quieran ponerse la vacuna, la que sea, contra el Covid. Lo señala en la resolución 2361 (2021), de 27 de enero:

“La Asamblea insta a los Estados miembros y a la Unión Europea a (…) asegurarse de que los ciudadanos estén informados de que la vacunación NO es obligatoria y de que nadie es presionado política, socialmente o de otro modo para vacunarse, si no desean hacerlo ellos mismos”.

Y el punto siguiente de la resolución (7.3.2): “velar por que nadie sea discriminado por no haber sido vacunado, por posibles riesgos para la salud o por no querer ser vacunado”.

Estamos hablando de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, una institución que no obliga pero con un gran prestigio, sobre todo en asuntos de derechos humanos. Con sede en Estrasburgo, sus deliberaciones y recomendaciones son tomadas muy en consideración por el Parlamento Europeo en numerosísimas ocasiones. Y si la Asamblea dice que la vacunación no debe ser obligatoria…

Sin ir más lejos, en España, la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, evitó responder cuando Hispanidad le preguntó en diciembre si el Gobierno se planteaba imponer la vacunación, ante la oposición de más de la mitad de los españoles a vacunarse. Ahora, tras un mes de intensas campañas y de aumento significativo de la histeria, el porcentaje de españoles dispuestos a vacunarse se eleva hasta el 72%, según el CIS.

En definitiva, la resolución del Consejo de Europa resulta muy pertinente porque defiende a los que no quieran vacunarse, aunque sean pocos. No se les podrá discriminar, ni echar del trabajo, ni se les podrá impedir viajar…