Estos días han aparecido por las redes sociales diferentes fotografías sobre las cifras de distintos tipos de muerte en el mundo que no dejan indiferente y ponen un poco las cosas en su sitio, y en esta página web (Worldometer) se puede ver su constante actualización. Así uno puede comprobar que el cáncer ya ha matado a casi 3,16 millones de personas este año, mientras el coronavirus se ha cobrado la vida de más de 325.000.

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Son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en algunos casos, también de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que colaboran con la citada entidad sanitaria de Naciones Unidas. Y aunque las víctimas del Covid-19 ya han superado a las de gripe estacional (más de 187.300), algo que hace un mes no era así, parece que el coronavirus está lejos de ser “la mayor crisis de nuestras vidas”, como afirmó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace semanas.

Que Sánchez calificara al Covid-19 como “la mayor crisis de nuestras vidas” ha sembrado miedo en la población y que esta acatara sin rechistar el estado de alarma, y con ello, la merma de libertades. Ahora, empieza a despertar

En cualquier caso, conviene recordar que no son sólo números, sino vidas humanas, y cualquier pérdida es dolorosa. Eso sí, las palabras de Sánchez han permitido sembrar el miedo en la población y que esta acatara sin rechistar el estado de alarma, y con ello, la merma de libertades. Ahora, a medida que ha empezado la ‘desescalada’, han surgido las protestas (un ejemplo son las famosas caceroladas), sobre todo, por la gestión y la grave crisis económica que ha surgido.

Las víctimas de coronavirus en el mundo en lo que va de año también son mucho menores que las causadas por: suicidio (más de 412.600), malaria (más de 377.400, la mayoría en África, por lo que al Primer Mundo, desgraciadamente, no le suele preocupar demasiado), accidentes de tráfico (más de 519.300), sida (más de 646.800), alcohol (más de 962.400) o por fumar (más de 1,92 millones), entre otros, casos. Unos números que colocan al Covid-19 en su sitio y aunque no deja de ser una enfermedad con miles de víctimas, ha causado muchas menos que otras más comunes en nuestras sociedades y a las que parece que no se da tanta importancia a la hora de luchar contra ellas.