Decíamos que había empezado la conquista china de España en el sector energético por las menores barreras políticas y comerciales de la Unión Europea y de Donald Trump, así como los pasos que han iniciado en EEUU ante la llegada del ‘verde’ y prochino Joe Biden. Pues bien, ahora toca verlo en números, porque la inversión china en nuestro país se ha disparado un 362%, pasando de 66 millones de euros en 2019 a 300 millones el año pasado, pese al coronavirus, según el estudio elaborado por Baker McKenzie junto a Rhodium Group.

El gigante asiático también ha elevado, curiosamente, su inversión en Norteamérica, que ha subido más de un tercio (o sea, más de un 33%), hasta los 6.342 millones, frente a los 4.530 millones de 2019. Y todo ello, pese a barreras regulatorias, tensiones geopolíticas (recuerden el pulso que han mantenido Trump y Xi Jinping) y el Covid-19.

Mientras, en Europa, China ha bajado su inversión un 44%, pasando de 11.036 millones a 6.177 millones. Dentro del viejo continente, hay algunas excepciones como España (+362%) y conviene destacar que Alemania ha acaparado la mayor parte (1.647 millones). Tras el país germano se han situado: Francia (824 millones), Polonia (642 millones), Suecia (592 millones) y Reino Unido (427 millones, a pesar del Brexit y del aumento de las tensiones).

La economía del gigante asiático creció en 2020, mientras la de Occidente se ha hundido, y va camino de convertirse en la primera potencia del mundo

“Si bien persistirán los vientos en contra regulatorios y políticos para los inversores chinos en la UE y el Acuerdo Integral sobre Inversión no es un cambio instantáneo, sí envía una fuerte señal de que la inversión china es bienvenida en Europa, lo que probablemente tendrá un impacto positivo en la psicología del inversor”, ha señalado Thomas Gilles, presidente del Grupo EMEA-China de Baker McKenzie. “Eso, combinado con el posible estímulo político de Beijing, podría ayudar a reactivar la IED (inversión extranjera directa) china en Europa y revertir la tendencia a la baja desde 2017”.

En total, la inversión en el exterior de China ascendió a 23.884 millones en 2020, año en que el coronavirus (un virus de origen chino) sacudió el mundo. Esta cifra es casi la mitad de la invertida el año anterior (43.651 millones) y está muy lejos del récord de 2017 (114.413 millones). Además, conviene añadir que la economía del gigante asiático creció en 2020, mientras la de Occidente se ha hundido, y va camino de convertirse en la primera potencia del mundo.