Decíamos ayer que Pedro Miró se jubilaba, cumpliendo así su amenaza, porque Mubadala, fondo soberano de Abu Dabi, había comenzado el desguace de Cepsa. Ahora toca insistir en esta idea, porque el nuevo CEO de la antigua compañía española de petróleos, el francés Philippe Boisseau, y el fondo Carlyle han venido a trocearla.

Ya veremos cuánto dura Cepsa ante la prevista reducción de costes y de perímetro, tras la venta del 37% al fondo de inversión estadounidense por parte de Mubadala. Por ahora, ya ha vendido su 42% de Medgaz, el gasoducto que une España y Argelia, y se podrían sumar otros activos y más tras los resultados del primer semestre (sobre todo, teniendo en cuenta los descensos en refino, petroquímica, exploración y producción).

No existe la menor esperanza de que las petroleras repunten en bolsa, y menos con el auge de la preocupación por el cambio climático y Greta Thunberg

Mubadala Investment Company se creó en 2011, debido a la fusión de los fondos IPIC (estaba especializado en energía) y Mubadala, que dirigían Sheikh Mansour bin Zayed Al Nahyan y Sheikh Mohamed bin Zayed Al Nahyan, respectivamente, hijos de Sheikh Zayed bin Sultan Al Nahyan, padre fundador de los Emiratos Árabes Unidos (falleció en 2004). A este último le sucedió otro hijo, Khalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, como emir de Abu Dabi y presidente de los EAU, pero tiene un perfil más bajo tras el derrame cerebral que sufrió en 2014: su medio hermano Mohamed, el príncipe heredero, se encarga de los asuntos públicos del Estado y las decisiones cotidianas en el emirato de Abu Dabi.

Mubadala es un fondo soberano, pero en algunas cosas funciona como uno occidental: está la tendencia de vender en unos años posteriores a la inversión, independientemente de si gana o pierde dinero. En Cepsa ya había pasado dicho plazo, pero no quería vender toda su participación, así que ha optado por una parte. También está la decisión de EAU de que no se puede tener el 100% de una empresa

Con la venta del 37% de Cepsa a Carlyle, Mubadala ha obtenido plusvalías 

Y ahora, al vender el 37% de Cepsa a Carlyle por 4.000 millones de euros, Mubadala ha obtenido plusvalías. En 2011, IPIC (que había entrado en la petrolera española en 2009 al comprar el 32% del Banco Santander) se hizo con el 53,938% que no controlaba (adquirió el 48,8% que tenía Total, así como la parte de los minoritarios y sacó a Cepsa de bolsa) por 3.966 millones, valorando la compañía en su conjunto en 7.500 millones.

Carlyle no quiere salir a bolsa, sino trocear, para obtener rendimientos de su inversión y también tendrá un plazo para hacerlo. Por ahora, va tomando posiciones, pues además del CEO, también proceden de Carlyle tres de los cuatro nuevos consejeros: Marcel van Poecke, que también será vicepresidente; Bob Maguire y Joost Dröge. El cuarto es Marwan Naim Nijmeh, un tipo importante dentro de Mubadala: es director general adjunto de la Asesoría Jurídica de Mubadala Investment Company, así como responsable de determinadas operaciones jurídicas en el Grupo Mubadala y director jurídico de la plataforma de Petróleo y Petroquímica del mismo. Musabbeh Al Kaabi seguirá siendo presidente de Cepsa, tras ser reelegido como consejero por seis años; y a esta reelección se suman las de Alyazia Al Kuwaiti, Saeed Al Mazrouei, Bakheet Al Katheeri y Ángel Corcóstegui. Al Kaabi también es miembro del Comité de inversiones y director ejecutivo del área de petróleo y petróquímicos de Mubadala, y aunque manda en Cepsa, ha dejado hacer a Pedro Míró, por lo que se prevé que haga lo mismo con Boisseau (57 años). Y por cierto, este último conoce bien el sector energético: trabajó entre 1995 y 2016 en la petrolera francesa Total, pero ¿por qué se fue? Sencillo, porque perdió su batalla por la silla de presidente y CEO contra Patrick Pouyanné, quien la sigue ocupando actualmente, y decidió dar un portazo y marcharse a Carlyle. 

A los directivos de Cepsa (entre ellos, al propio Miró) les hubiera gustado más que se optara por la salida a bolsa 

No existe la menor esperanza de que las petroleras repunten en bolsa, y menos con el auge de la preocupación por el cambio climático y Greta Thunberg. Sin embargo, a los directivos de Cepsa (entre ellos, al propio Pedro Miró) les hubiera gustado más que se optara por la salida a bolsa porque se habría mantenido el perímetro y no habría permitido el troceo que se dará tras abrir las puertas a un fondo de inversión. Mubadala seguirá siendo el socio mayoritario (dueño del 63%), pero como ahora el primer ejecutivo es de Carlyle, tiembla el equipo directivo de Miró (alguno tiene más de 60 años, pero la mayoría está entre los 50 y los 60).

Y por último, añadir que Miró era alguien muy respetado dentro del sector energético, con una larga trayectoria en Cepsa, que empezó en 1976 y coronó en 2013, cuando se convirtió en vicepresidente y CEO. Teniendo en cuenta que Miró ya había amenazado con jubilarse si entraba un fondo de inversión, y esta ha sido la principal razón de su marcha (la cual se hizo patente muy rápido en la web corporativa, con la eliminación de su perfil​; algo curioso porque en el resto de compañías se suele hacer con calma), hay otros elementos que han ayudado: era partidario de la salida a bolsa pero la operación se frustró, su mujer se jubiló hace dos años, él tiene 66 años y sus hijos ya están fuera de casa.